Aprovechando la semana santa nos escapamos a conocer el eje cafetero y el valle del Cocora.
Volamos al aeropuerto de Armenia (en Colombia, no en Europa, aquí hay muchos nombres de países y ciudades europeos). De allí a nuestra finca. Aquí lo típico es quedarse en fincas, que son casas en medio de extensiones de plantaciones de todo tipo: plátano, piña, yuca y como no, CAFE!
Nosotros nos quedamos en la finca Bambusa, muy recomendable. Rodeada de hectáreas y hectáreas de plantaciones. Además la lleva un artista y la tiene toda decorada de cuadros muy auténticos. Aquí tenéis los datos: Finca Bambusa
La primera salida fue al Valle del Cocora a conocer el árbol nacional de Colombia: La palma de cera. Es una especie de palmera que llega a los 60m de alto, crecen sólo a más de 1500m de altura y viven unos 250 años. Son muy bellas, porque el tronco es altísimo y perfectamente recto y al final ves las hojas de la palma. Estas palmeras se encuentran en el valle del Cocora, y es una vista espectacular con las palmas desperdigadas por los valles y las montañas. Aquí nos pusimos nuestras botas de montaña y nos fuimos a andar por la montaña unas 6 horas, cruzando ríos y viendo palmas y más palmas. Justo cuando llegábamos al final de nuestro trayecto nos cayó un aguacero que nos mojó hasta los huesos... Pero bueno, gajes del oficio.
Al día siguiente nos fuimos a visitar el jardín botánico, famoso por su colección de Bambus y por su mariposario. Una cosa que no sabía es que Colombia tiene unas de las mayores extensiones de Bambus, que aquí le llaman Guadua, después de China.
Después salimos a hacer nuestro bautizo del café. Y es que Colombia es reconocida por su calidad en el café. Quién no se acuerda del famoso Juan Valdez con su mula? Que por cierto, la mula se llama "Conchita". Pues si, Colombia tuvo una gran idea de Marketing y se inventó a Juan Valdez, que es la marca del café de Colombia que reúne a más de 500 mil pequeños cafeteros. Y además elijen a un tipo que representa la figura de Juan Valdez, vaya vidorra se pega!!! El colega viaja por todo el mundo representando a la marca de Juan Valdez, y eso si, la mula "Conchita" también va con él! Todo un lujo ser Juan Valdez o incluso "Conchita"
Por recomendación del que que llevaba nuestra finca, nos recomendó ir al pueblo de Buenavista donde se encuentra una finca cafetera que posiblemente haga el mejor café de Colombia: Café San Alberto.
Aquí nos recibió el dueño de la finca, un tipo joven y muy agradable. Nos propuso hacer nuestro bautizo cafetero, que consistía en explicarnos todo el proceso del café: desde la recogida, la selección del grano, tueste y como final apoteósico: cata de cafés! Aprendimos mucho y el tipo se portó super bien con nosotros. Al final compramos 3 bolsas, 2 para regalar (mamá ya sabes que te va a tocar dentro de poco) y una para consumo propio... mmmm.... mi cafe!
Además de aprender, la finca de Cafe San Alberto es espectacular, tiene unas vistas impresionantes al valle y al pueblo de Buenavista. Muy recomendable pasar unas horas por allí. Más info la encontráis en su página web: www.cafesanalberto.com
Para colofón final, el último día lo pasamos con un amigo: Alejandro. Sus padres se mudaron de Cali al eje cafetero y tienen una finca, bufffff!!! Yo creo que es la casa más bonita que he visto en mi vida, y eso que no tiene mar! Impresionante el buen gusto decorando y diseñando la casa. Además al lado de su finca, está la finca de su tía, que es una eminencia en el mundo de la Guadua (Bambú). Y es que descubrió dos especies de Bambús a las cuales les pusieron su nombre. La tía de Alejandro nos hizo un tour por su finca que esta llena de historia y nos enseño su colección de Bambus. MUCHAS GRACIAS!!!!!
De vuelta en casa de Alejandro, nos pusimos las botas con la comida Colombiana, sobre todo yo, que como comí si no hubiera mañana... ñam ñam! Un gran día también! Gracias Alejandro por la invitación!
Asi que ya sabéis, el eje cafetero es una gran escapada para disfrutar de la naturaleza y aprender un poco más del café!
Volamos al aeropuerto de Armenia (en Colombia, no en Europa, aquí hay muchos nombres de países y ciudades europeos). De allí a nuestra finca. Aquí lo típico es quedarse en fincas, que son casas en medio de extensiones de plantaciones de todo tipo: plátano, piña, yuca y como no, CAFE!
Nosotros nos quedamos en la finca Bambusa, muy recomendable. Rodeada de hectáreas y hectáreas de plantaciones. Además la lleva un artista y la tiene toda decorada de cuadros muy auténticos. Aquí tenéis los datos: Finca BambusaLa primera salida fue al Valle del Cocora a conocer el árbol nacional de Colombia: La palma de cera. Es una especie de palmera que llega a los 60m de alto, crecen sólo a más de 1500m de altura y viven unos 250 años. Son muy bellas, porque el tronco es altísimo y perfectamente recto y al final ves las hojas de la palma. Estas palmeras se encuentran en el valle del Cocora, y es una vista espectacular con las palmas desperdigadas por los valles y las montañas. Aquí nos pusimos nuestras botas de montaña y nos fuimos a andar por la montaña unas 6 horas, cruzando ríos y viendo palmas y más palmas. Justo cuando llegábamos al final de nuestro trayecto nos cayó un aguacero que nos mojó hasta los huesos... Pero bueno, gajes del oficio.
Al día siguiente nos fuimos a visitar el jardín botánico, famoso por su colección de Bambus y por su mariposario. Una cosa que no sabía es que Colombia tiene unas de las mayores extensiones de Bambus, que aquí le llaman Guadua, después de China.
Después salimos a hacer nuestro bautizo del café. Y es que Colombia es reconocida por su calidad en el café. Quién no se acuerda del famoso Juan Valdez con su mula? Que por cierto, la mula se llama "Conchita". Pues si, Colombia tuvo una gran idea de Marketing y se inventó a Juan Valdez, que es la marca del café de Colombia que reúne a más de 500 mil pequeños cafeteros. Y además elijen a un tipo que representa la figura de Juan Valdez, vaya vidorra se pega!!! El colega viaja por todo el mundo representando a la marca de Juan Valdez, y eso si, la mula "Conchita" también va con él! Todo un lujo ser Juan Valdez o incluso "Conchita"
Por recomendación del que que llevaba nuestra finca, nos recomendó ir al pueblo de Buenavista donde se encuentra una finca cafetera que posiblemente haga el mejor café de Colombia: Café San Alberto.
Aquí nos recibió el dueño de la finca, un tipo joven y muy agradable. Nos propuso hacer nuestro bautizo cafetero, que consistía en explicarnos todo el proceso del café: desde la recogida, la selección del grano, tueste y como final apoteósico: cata de cafés! Aprendimos mucho y el tipo se portó super bien con nosotros. Al final compramos 3 bolsas, 2 para regalar (mamá ya sabes que te va a tocar dentro de poco) y una para consumo propio... mmmm.... mi cafe!
Además de aprender, la finca de Cafe San Alberto es espectacular, tiene unas vistas impresionantes al valle y al pueblo de Buenavista. Muy recomendable pasar unas horas por allí. Más info la encontráis en su página web: www.cafesanalberto.com
Para colofón final, el último día lo pasamos con un amigo: Alejandro. Sus padres se mudaron de Cali al eje cafetero y tienen una finca, bufffff!!! Yo creo que es la casa más bonita que he visto en mi vida, y eso que no tiene mar! Impresionante el buen gusto decorando y diseñando la casa. Además al lado de su finca, está la finca de su tía, que es una eminencia en el mundo de la Guadua (Bambú). Y es que descubrió dos especies de Bambús a las cuales les pusieron su nombre. La tía de Alejandro nos hizo un tour por su finca que esta llena de historia y nos enseño su colección de Bambus. MUCHAS GRACIAS!!!!!
De vuelta en casa de Alejandro, nos pusimos las botas con la comida Colombiana, sobre todo yo, que como comí si no hubiera mañana... ñam ñam! Un gran día también! Gracias Alejandro por la invitación!
Asi que ya sabéis, el eje cafetero es una gran escapada para disfrutar de la naturaleza y aprender un poco más del café!
Entradas
2 comments:
JODER! que viajas un poquito!!! como?
La envidia no es sana pero es inevitable...
excelente viaje, me dieron ganas de conocer este bello lugar
Publicar un comentario