sábado, 28 de noviembre de 2009

¿Los vikingos usaban cascos con cuernos?


OLAF.


VICKY EL VIKINGO.




VERDADEROS CASCOS VIKINGOS SIN CUERNOS.

No. “Ningún vikingo ha llevado nunca un casco con cuernos ni en el campo de batalla ni en la cama ni en ningún otro sitio que pisara entre medias”. La respuesta categórica es de la catedrática de Literatura Roberta Frank (Universidad de Yale). Precisamente este año está dando a sus alumnos un curso sobre vikingos, y eso incluye un extenso apartado en torno a la invención de sus cascos astados. “Ningún guerrero sensato arriesgaría su vida bajo un casco que podría salir volando de un solo golpe”. El sentido común lo puso Alfred Duggan en 1961 en una de sus novelas, King of Athelney. El razonamiento intuitivo precede al estudio de Frank en formato de frase célebre. Así que la sensatez gana de antemano a la “fantasía recurrente”. Es la conclusión a la que llegó la catedrática tras rastrear la historia nórdica. Hay un año de partida: 1875. Hallazgos arqueológicos mal entendidos y fantasías heráldicas empezaron a surtir efecto en el imaginario colectivo, “liderados –apunta Frank– por un ingenuo modelo de cuerno de vaca creado ese año por el diseñador de vestuario de Wagner”. Así adornó Carl Emil Doepler las cabezas de los nibelungos (los protagonistas de El anillo del Nibelungo) para la primera producción del festival Bayreuth (1876). Durante los siguientes 20 años, los cascos con cuernos se apellidaron “vikingos” en anuncios, pinturas, historias populares y libros infantiles. Para el año 1900, “un artefacto que, según nos aseguraron arqueólogos, nunca había tenido conexión con los vikingos, se había convertido en su seña de identidad”, dice Frank. Una seña imaginaria que se ha reforzado durante siglos, pasando por Hollywood y por las lecciones televisivas de Vicky, el vikingo . La mayoría de los vikingos del siglo XVIII en realidad “llevaban cascos alados, una elección para sensibilidades refinadas y naturaleza romántica y salvaje”.