SALA X

Cuando todavía existían salas X, dos amigas y yo entramos en una.
Fué una penosa experiencia: quedamos saturadas sólo con los "trailers", supongo que en mi caso era la primera vez que veía algo tan explícito en acción (hasta entonces sólo había visto revistas pornográficas), las risas histéricas se apoderaron de nosotras por el nerviosismo, los pocos espectadores masculinos que estaban a nuestro alrededor emigraron a los extremos de la sala, alguno optó por irse directamente a la calle y creo recordar a uno descendiendo en su butaca hasta casi desaparecer, fué muy violento y para nada excitante, aún así nos quedamos hasta el final y todavía hoy recuerdo al protagonista masculino de la película, un tipo feo, peludo, barrigón, bajito pero con un enorme aparato y a unas mujeres espléndidas a las que trabajarse.
Por hacernos las osadas y satisfacer nuestra curiosidad, cortamos el rollo de aquellos onanistas y ahora mismo lo veo como haber hecho una gran chorrada.