jueves, 11 de agosto de 2011

La verdadera matanza de Elliot Marston

Izq: el mapa de Australia y Tazmania. Der: fotografía de aborígenes australianos.


En 1990, Alan se calzó nuevamente el traje de “malo” para interpretar a Elliot Marston, el terrateniente inglés establecido en tierras australianas que decide contratar al cowboy californiano Mathew Quigley (Tom Selleck) para un trabajo. La tarea consiste en, ni más ni menos, eliminar aborígenes nativos. 

Mientras que la película “Quigley down under” va y viene entre un western, una comedia y un drama, el trasfondo es muy serio, ya que la historia de las matanzas aborígenes existió realmente en Australia, mientras estaba bajo el dominio inglés.

Para entender esta historia hay que remontarse a 1770, cuando el capitán británico James Cook tomó posesión de las dos terceras partes de Australia en nombre de la Corona inglesa, y en el marco del Principio de Terra Nullius que presuponía que la tierra no tenía dueño.

La colonización británica masiva de esas tierras comenzó en 1788 con el desembarco de la primera flota en la actual Nueva Gales del Sur. Si bien al comienzo los aborígenes no se mostraron hostiles con estos colonos, no tardaron en echar mano a sus armas cuando los británicos comenzaron a avanzar despiadadamente apoderándose de cuanto territorio encontraban a su paso. Los colonos tenían derecho de expulsar a los aborígenes de las tierras que querían para ellos.

Los aborígenes comenzaron a sufrir cambios en sus costumbres y, lo peor: la hambruna, ya que iban sistemáticamente perdiendo las tierras donde se alimentaban. Eso no fue todo: los británicos trajeron consigo enfermedades (varicela, viruela, sarampión, gripe y tuberculosis), lo que entre otras cosas provocó en pocos años, una muerte masiva de aborígenes a causa de estos males. Entre las enfermedades, el hambre y las matanzas directas, la población aborigen se vio seriamente reducida entre 1788 y 1900.

Pero muchos nativos respondieron a la violencia con violencia, atacando a los colonos. La mayoría, en respuesta a ataques que previamente habían hecho los británicos. En este sentido, hay que destacar a Pemulwuy, de la etnia Bediagal, abatido en 1802 y considerado como el primer gran héroe de la resistencia aborigen.  Otro líder recordado, que también fue asesinado por los colonos, fue Yagan, de la etnia noongar.

Una de las grandes matanzas que recuerda la historia en esta colonización británica, es la Guerra Negra. Esta matanza tuvo lugar en las tierras de Van Diemen (actualmente Tasmania, al sur de Australia) donde los británicos masacraron a decenas de miles de aborígenes, a principios del siglo XIX. Este genocidio fue promovido y recompensado económicamente por la Corona británica y tuvo como consecuencia la extinción de los aborígenes de Tasmania.

Toda la colonización británica en esas tierras fue una verdadera masacre. Los británicos desalojaban a los nativos de sus tierras, los asesinaban, los torturaban, los violaban, y los esclavizaban. Incluso, se los llegó a cazar como animales, algo que se refleja en la película que me dio pie para escribir este artículo.

La grave situación hizo que se nombrara en 1838, un Protector de los Aborígenes que gobernarían las zonas denominadas Protectorados. Pero esta figura de los Protectores, que duró hasta 1970, también sería muy cuestionada. Les recomiendo ver la película “Cerca de la libertad”, con Kenneth Branagh, que trata este tema también. 

El siglo XX encontró a los aborígenes viviendo en reservas en los rincones más inhóspitos del país y sin derecho a voz ni voto. Fue recién en la década del ’30 cuando las luchas por sus derechos civiles comenzaron a hacerse oír. Se repitieron las movilizaciones y manifestaciones en todo el país y lograron el derecho a votar. En 1971, Neville Bonner se convirtió en el primer aborigen en ser senador, y en 1976, otro aborigen, Douglar Nicholls, fue nombrado gobernador de Australia del Sur. Por esos años, los aborígenes también comenzaron su lucha por recuperar las tierras que les habían sido arrebatadas durante la colonización, pero recién en 1992 la Corte australiana declaró inválido el concepto de Terra Nullius.

Al comenzar el siglo XXI, Australia toda (sus ciudadanos y su clase política) comenzó a revisar la historia para admitir los excesos cometidos en contra de los aborígenes durante la colonización británica. Hubo un pedido de disculpas oficial por parte del primer ministro a toda la comunidad aborigen. Pedido de disculpas que deberían ser acompañados por actos concretos.

Una vez más, una película de Alan nos acerca a un hecho real y en este caso, muy doloroso para la historia australiana.


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