26.9.08

Con otros ojos


El crítico gastronómico Jonatan Armengol ha encontrado en Zamora a Ray, un perro lazarillo que le ha «devuelto la vida»

«La relación que una persona que no ve tiene con su perro es difícil de explicar», afirma el reconocido crítico gastronómico catalán Jonatan Armengol mientras acaricia a Ray, un cruce de pastor alemán blanco de 16 meses, adiestrado por la Asociación de Perros de Ayuda y Asistencia Terapéutica (PAAT) que tiene su sede en Zamora, y que desde hace una semana le ha «devuelto la vida». «El perro prácticamente te da la vista, te brinda una autonomía y una libertad que un invidente no consigue con un bastón pero tampoco con la ayuda de otra persona. Por eso estoy tan agradecido con la asociación que al darme a Ray ha convertido en realidad algo que hace poco parecía un sueño imposible», señala el periodista que en el mes de marzo, impotente, vio morir a Carel, el fiel amigo que durante nueve años lo había acompañado. «Para un invidente perder a su perro es lo más cercano a lo que puede sentir una persona cuando pierde un hijo. Y es que un perro guía es parte de tu alma, de tu cuerpo, te acompaña a todas partes, al baño, a un restaurante, en el avión si vas de viaje, o al hospital si enfermas. Tener un perro y no tenerlo es como ir del día a la noche», dice sin poder evitar que se le quiebre la voz por la emoción.Tras perder a Carel, Jonatan Armengol vio como cambiaba su forma de vivir para peor «fue como un retroceso», afirma. Sus esperanzas de conseguir otro perro lazarillo a corto plazo eran casi nulas, debido a que incluso a nivel internacional hay pocas escuelas de perros guías y las listas de espera son muy largas. Pero, gracias a su amiga Gloria Lucía, propietaria del restaurante El Empalme, pudo ponerse en contacto con la PAAT que, desde hace ocho meses viene trabajando en Morales del Vino adiestrando no sólo a perros lazarillos sino también a perros guías para discapacitados. «Somos pioneros en trabajar con personas con discapacidad pero también, nuestros perros están formando parte en experiencias pilotos con asociaciones como Proyecto Hombre o la Asociación Zamorana contra la Anorexia y la Bulimia. Además estamos trabajando en un proyecto con niños con discapacidades cognitivas y de desarrollo», señala Alberto Alvarez Campos, presidente de la Asociación. Después de contactar con la Asociación, Jonatan Armengol recibió la feliz noticia de que había un perro cuyas características se adaptaban perfectamente a él y no tardó en acercarse a Zamora para conocerlo e iniciar el entrenamiento. «Lo que me gusto de la PAAT es que no trabajan como otras escuelas de perros con un número grande animales sino que el trato que tienen con el perro y con el usuario es muy personalizado. Además, los entrenan con motivación positiva, es decir que se educa a los perros a base de premios y no de castigos».El "feeling" que surgió entre Ray y Jonatan fue estupendo desde el principio y tras una semana de arduo trabajo en conjunto se han hecho inseparables. El adiestramiento ha incluido no sólo el aprender a encontrar el camino o a cruzar calles utilizando el paso de cebra, sino también viajar en transporte público o desenvolverse en un supermercado «lo único que no le han enseñado es a reconocer a las tías buenas», bromea Armengol. El paso siguiente es que el perro se adapte a su nuevo lugar de residencia. Jonatan Armengol vive en Madrid donde hay mucho más tráfico que en Zamora y ahí el metro es un transporte público que se usa con frecuencia. El instructor todavía le hará un seguimiento a Ray durante varias semanas y cuando esté totalmente adaptado a la vida y a la rutina de su dueño sólo serán necesarias revisiones puntuales cada seis meses.Cabe destacar que aunque entrenar a un perro lazarillo cuesta en promedio unos 25.000 euros, al usuario no le cuesta nada, pues la Asociación de Perros de Ayuda y Asistencia Terapéutica no tiene ánimo de lucro. «A la firma del contrato el usuario paga un euro, que es una aportación simbólica, pero en realidad quienes afrontamos todos los gastos somos los miembros de la asociación. Actualmente contamos con 20 socios que aportan 50 euros al año y esperamos conseguir 50 socios más en los próximos meses», explica Alberto Alvarez y agrega: «Nuestro objetivo es convertir a Zamora en un centro de referencia, no sólo nacional sino internacional, para perros de asistencia. En menos de un año de labor hemos colocado dos perros lazarillo y uno de asistencia para una persona en silla de ruedas y el año que viene esperamos colocar unos 10 más». Para cumplir ese objetivo explica Alberto Alvarez que es necesario cambiar la ley que regula el acceso al entorno de las personas invidentes acompañadas de sus perros en Castilla y León «para que se cambie la terminología y se incluya no sólo a los perros lazarillo sino a todos los perros de asistencia», puntualiza.

(Ana María Cavero. La Opinión de Zamora)


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un saludo muy grande a la asociación PAAT y me alegra que se ayude asi a quien lo necesita.

Un besote a la guapa y juguetona de Alis y otro más grande para una chica mucho más guapa Monica.

Raquel.

Alis dijo...

Gracias cielo, por tu interminable saber estar y porque siempre tienes las palabras adecuadas cuando cualquiera perdería la calma.
Un abrazotototote ;)