Capítulo 3: La intervención estatal

Posted by SOCIALISMO REVOLUCIONARIO On jueves, 1 de mayo de 2008 0 comentarios

La revuelta contra el neoliberalismo ha dado lugar a una nueva ola radical, los gobiernos populistas de izquierda en Venezuela, Argentina y Bolivia, reflejan la fuerte presion de las masas y las profundas crisis sociales y económicas en estos países. El surgimiento de estos regímenes que han apoyado una política de mayor intervención estatal en la economía representa un cambio importante en la situación mundial luego de los años noventa.


Estas medidas han incluído algunas parciales y limitadas nacionalizaciones. En Venezuela esto ha significado la aventura de alianza entre las compañías estatales y multinacionales privadas.
En Argentina, Kirchner ha vuelto a tomar control de la dirección de los aeropuertos, comprando el 40% de la privatizada aerolínea estatal, Aerolíneas Argentinas y, mediante una compañía estatal ha tomado también control de la compañía de aguas en la capital, Buenos Aires.

La "nacionalización" del petróleo y la industria del gas por parte de Morales en Bolivia es, sin embargo, la más significante hasta la fecha y ha provocado la oposición generalizada de toda la clase dominante, sobre todo en Brasil y España, dueños de la mayor parte de esta industria. Entre la clase trabajadora a lo largo de América Latina esta nacionalización ha tenido un gran impacto y ha sido sumamente popular.


Brasil, el poder regional mas importante de América Latina, tiene grandes inversiones en Bolivia y depende en un 51% del consumo del gas Boliviano. En Sao Paulo, esto sube a más del 75%. Petrobras, la compañía brasileña, controla el 46% de los recursos del gas Boliviano y el 95% de la capacidad de refinamiento. ¡Tiene una producción en Bolivia que es igual a 19% del PIB del país!

Esta intervención estatal ha provocado una gran oposición del imperialismo y los sectores de la clase capitalista nacional. Y también ha ganado el apoyo de los trabajadores en los países involucrados, representando un alivio de las políticas de los años noventa.


Aunque estas medidas sólo han representado nacionalizaciones parciales y en algunos casos pequeñas aventuras de alianza con otras empresas. Incluso en Bolivia, todo lo que Morales ha hecho es establecer una alianza donde el estado controlará el 50% más uno de la propiedad de las compañías nacionales que fueron privatizadas en 1996.
Esto es menor a la nacionalización de la Standard Oil en 1937 o de la Gulf Oil en 1960.

También es menor a las demandas de las masas bolivianas que apoyan la idea de nacionalizar el petróleo y el gas. Estas medidas parciales son totalmente insuficientes para romper con el capitalismo. Al contrario, esto parte de la alternativa apoyada por Morales, Chavez y Kirchner de intentar construir un "Capitalismo Andino", una alternativa al modelo neo-liberal con un rostro mas humano.

En Argentina, Kirchner intenta regresar al "Peronismo" tradicional –pre Menem- de intervención estatal apoyada por la poderosa burocracia sindical. La recientemente "estatización” de la compañía de agua incluye en su administración a representantes de los sindicatos peronistas. En la industria de aeropuertos, el subsecretario de Trasporte Aerocomercial es Ricardo Ciielli, un poderoso dirigente sindical.


Sin embargo, este regreso a la inversión estatal no es igual a las políticas introducidas por los regímenes peronistas luego de la Segunda Guerra Mundial.
Entonces, la exportación de carne a una Europa hambrienta creó un colchón económico que permitió a la populista clase dominante financiar importantes reformas en beneficio de la clase trabajadora, ganando apoyo de masas para el movimiento nacionalista, el Peronismo, que permaneció durante décadas. Aunque actualmente disfruta de un gran apoyo, Kirchner no tiene el mismo piso para maniobrar ni la capacidad de conceder reformas duraderas.

Mientras los medios de comunicación exponen cifras de un crecimiento económico anual de más de 9% durante los últimos cuatro años, millones no han ganado todavía nada: el 58% de los niños argentinos todavía viven en la pobreza.


En la reconstruida área portuaria de Buenos Aires, Puerto Madero, han florecido los caros locales de café y espectaculares apartamentos. Pero también aquí, la apertura de un sobre de sopas revela que el desigual "boom" y el abismo entre ricos y pobres se ha expandido mientras la economía crece. Es un boom frágil, determinado por la construcción y el crecimiento de la exportaciones agrícolas que, como Chile, caerá dramáticamente cuando la economía mundial se mueva a un estancamiento y/o recesión.

Las políticas de intervención estatal de Kirchner estan combinadas con ataques y represión contra sectores de trabajadores y desempleados involucrados en lucha.

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