jueves, 19 de marzo de 2009

San José en el carmelo teresiano...


Que la fundación de San José tuvo un marcado signo apostólico josefino para el Carmelo mismo es claro. En él se serviría mucho a San José. Así lo han comprendido e interpretado los autores carmelitas. El P. Juan de la Anunciación, General de la Congregación de España, historiando la fundación de San José de Avila, escribe: "púsose el Santísimo Sacramento; dedicóse la iglesia a nuestro Padre San José, que por aquel principio es Patrón y Protector de nuestra Reforma...El convento de San José de Avila es el principio y el solar de todos los conventos de la descalcez y principio y solar de la devoción josefina de los mismos".


Valga como confirmación de cómo la devoción a San José penetró en el alma y en la vida de la Descalcez el hecho de intitular tantos conventos con el título y nombre de San José, siguiendo en ello el ejemplo de la Santa Madre. En 1699 había en el mundo 321 conventos de frailes carmelitas descalzos, sin contar los hospicios. De ellos 73 llevan el título de San José. Y hay 180 de monjas sujetas a la Orden y de ellos están bajo el título de San José.


Más importantes que los conventos materiales con sus títulos son los conventos espirituales y vivos de las almas. Y estos conventos vivientes respiran bajo el signo de San José. San José ha ocupado y sigue ocupando un lugar de preferencia en ellos. Costumbres devocionales josefinas, introducidas por la Santa Madre, se siguen celebrando aún, como expresión de una devoción genuina, en los carmelos teresianos, y otras que se han ido introduciendo, inspiradas en aquellas.

Los carmelos teresianos desde su soledad, clausura y silencio son hogares de cálido amor y devoción sentida a San José, que caldean en la Iglesia, focos potentes de devoción honda al Santo que esparcen sus resplandores en la comunidad eclesial. Sería interesante recoger las vivencias josefinas que se registran en los carmelos de la Madre Teresa, en donde San José tiene en cada carmelita una verdadera devota y propagandista, porque viven auténticamente el carisma teresiano. Se les puede aplicar a ellas particularmente estas palabras: "Si, como dicen los curiosos investigadores de los secretos de la naturaleza, los hijos salen a las madres", a nadie le parecerá paradójico lo que, confidencialmente, le voy a decir: que el ser hijo de Santa Teresa y devoto de San José, ser carmelita y defender y propugnar la gloria del santísimo Esposo de la Virgen Santísima, son conceptos sinónimos y cualidades
hasta tal punto simpáticas y mutuamente unidas, que no puede ni debe darse una sin la otra.

fuente: ocd.pcn.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario