lunes, 18 de enero de 2010

NIVELES DE APRENDIZAJE.

Edad física, edad mental y edad espiritual. La edad física: años que tiene una persona. Edad mental, en relación a su madurez, a las experiencias de su vida. Edad espiritual: la que comprende "la sabiduría de su alma". ¿Aprendizajes de otras vidas? A menudo lo pienso. Se me ocurre que quizás estamos en una especie de ciclo, como lo define una gran amiga mía, "de curso escolar" de la eternidad, donde tenemos que ir pasando "niveles", lecciones que son necesarias de interiorizar. ¿Cuáles son esas lecciones? ¿Tienen un orden?

Una sin duda, tendrá que ver con conocernos a nosotros mismos, conocer nuestras limitaciones y saber, también, que los únicos responsables de dichas limitaciones somos nosotros mismos. Saber resolver los conflictos y contradicciones propias de nuestro ser y forma de entender el mundo.

Otra lección: nuestra relación con los demás. Cumplir con nuestra misión para con el mundo, para con la sociedad, para con el resto de los seres humanos. Saber llegar al público, exponer nuestras ideas, aportar con la creatividad, dejar una semilla, ser guía alguna vez, ayudar a otros a que aprendan sobre sí mismos y sobre los demás. Entender la naturaleza humana para mejorarla en lo posible. Enseñar aprendiendo. Practicar la humildad sin renunciar a la confianza en uno mismo, en nuestra valía.

Otro nivel: conseguir la "intimidad" con alguien que podamos amar y que nos enseñe a crecer aún más con ese amor. Tener la confianza suficiente en otro que nos complemente sin restarnos. Mirar a los ojos de alguien presintiendo que no hay razones para tener miedo de entregarle nuestro corazón porque sabemos que no hace falta entregarle nuestra vida. Tener la certeza de que por despertar al lado de esa persona ha valido la pena aprender todas las lecciones anteriores. Sentir que amas y te corresponden, que formas parte de un equipo que trabaja cada uno con el 50% de la pareja y el 100% de su ser, entendiendo que el amor es algo que hay que trabajar día a día, que requiere su esfuerzo, como todo lo que vale, pero que precisamente por eso es más emocionante.

Entiendo que estas podrían ser de las lecciones más importantes que se me ocurren, y también que seguramente hay otras miles. Amarse a uno mismo, amar a los demás y amar a "otro" en particular. Al final todo se resume a lo mismo: crecimiento, evolución y amor. Confiemos en que será el propio camino el que nos llevará a los distintos escenarios, a las distintas "aulas" y "maestros" que se encargarán de que aprendamos dichas lecciones. No nos "graduaremos" hasta haber aprendido a amar en todas sus versiones. ¿Intrigante,no?

3 comentarios:

DEMOFILA dijo...

Hola, me he atrasado un poco en visitarte, porque he estado un poco liada, con pruebas médicas, pero sin importancia.
Ahora voy a comentar tu mágnifica entrada y las distintas étapas que has señalado en ella.
Edad física, mental y espiritual:
Con la física estoy de acuerdo en que son los años que tiene una persona, yo ya he pasado unos cuantos de los 60, y estoy muy contenta con haber llegado bien a mi edad.
En la mental, también estoy de acuerdo, si es como tú dices, yo tengo que ser muy madura, porque he tenido en mi vida muchas experiencias, buenas y malas, aunque de mi niñez y adolescencia, tengo más malas que buenas.
En la espíritual, no estoy totalmente de acuerdo, sí que es aprendizaje, pero no de otras vidas, sino de nuestras vidas, y no creo que ese aprendizaje se trate de un curso escolar, la edad espíritual es una cosa más seria.
Efectivamente es verdad que tenemos que conocernos a nosotros mismos, yo conozco mis limitaciones, y sé resolver mis conflictos perfectamente, contradicciones, tengo pocas, suelo tener las cosas muy claras.
En lo referente a la relación con los demás, yo creo que lo tengo muy claro, me relaciono bien y me llevo bien con todos lo que me conocen; mis ideas las expongo perfectamente, por lo que te he dicho antes, y no sé porque tengo que practicar la humildad, tengo gran confianza en mi misma, y a veces no es conveniente ser humildes, porque creen que te están avasallando, eso suele pasar, y a mí me ha pasado alguna vez, por eso no practico esta fase de tu teoría.
El nivel de conseguir la "intimidad", creo que he llegado a él, me complemento perfectamente con mi pareja, hace tiempo que le entregué mi corazón, y aún hoy a pesar de los años,se lo entrego con total amor y confianza.
Nosotros trabajamos al unísono, y al mismo tiempo respetamos nuestra mutua libertad, así lo hemos hecho siempre, y seguimos haciéndolo ahora.
No veo esa intriga que dices, está todo muy claro: amor, confianza, sabiduría, madurez, respeto mutuo.
Creo que no me he olvidado de nada.
El camino a que te refieres no lo he visto nunca, yo me he graduado con lo que he vivido, lo que he pasado, y lo que he aprendido durante toda mi vida, y creo que estoy formada para que me den el "certificado de graduación"
Un beso, guapisima, hasta pronto.

Amiscamaradas dijo...

Hola Demófila, cariño, te echaba de menos! Espero que estés bien y que esas pruebas médicas que mencionas sólo sean de rutina.

Gracias por comentar la entrada, quizás esta es la menos "racional" que hago, pero todo tiene que ver con algo en lo que más o menos creo (no puedo creérmelo del todo porque no tengo pruebas ni tampoco una experiencia clara que disipe mis dudas)y es el tema de las vidas pasadas. Para mí tiene cierta lógica el hecho de que las almas puedan tener varias oportunidades, pero repito que es algo que, ni afirmo, ni desecho del todo. Por eso viene lo de "intrigante"

En cuanto a lo de la humildad, a lo largo de mi vida he tropezado con personas muy humildes y no por ello significa que se dejen avasallar. Es más, para mí humildad es lo que más se acerca a confianza en uno mismo, pues cuanto más seguro estoy de lo que pienso, menos es la necesiad que tengo de defender mis ideas, porque nadie puede pasar por encima de mi y lo que opino, a menos que yo le deje que me haga sentir así, y si eso ocurre, significa que hay grietas en mí,y por tanto, yo no estaba tan seguro.
La humildad también tiene que ver con una actitud de "tranquilidad", de no alterarme por lo que digan los demás (reitero:si yo estoy seguro de lo que pienso no tengo por qué reaccionar aunque otro se altere)y al mismo tiempo, si yo soy humilde, me alejo de mi propio ego, y con ello podré estar mejor preparada para escuchar lo que digan otros, más receptiva, sin defensas de por medio que puedan entorpecer mi entendimiento, porque está claro que yo no tengo la sabiduría absoluta de todas las cosas, pero al menos, si hago un esfuerzo por entender a los demás, sin interpretarlo como un desafío a mis propias creencias, sólo recibiendo la información sin juzgarla, seguramente acabe aprendiendo algo nuevo, o si no, reafirmando para mí misma lo que ya pensaba.

Me encanta que tengas claros los puntos que menciono,se nota que estás "curtida",y lo mejor de todo es que a pesar de esas experiencias no tan buenas, no has endurecido tu corazón. Yo creo que esa es la prueba de fuego.A mí me queda mucho por hacer en todos los puntos.No tanto en el primero, mucho en el segundo y muchíiiisimo en el tercero, jajaja. Qué bueno que tengas ese buen amor, Demófila, y que sepas cuidarlo. Si lo tienes, sin duda, es porque te lo mereces. Bezasos.

DEMOFILA dijo...

Hola, preciosa, ya te estaba echando de menos en los comentarios a mi entrada.
Espero que, como dices, nos crucemos en un vuelo lleno de felicidad, y nos encontremos arriba, muy alto, donde entraremos la paz y la felicidad para nuestras almas.
También espero, como dices, que algún día lleguemos a agrazarnos personalmente, para mí sería un gozada conocerte.
He leído detenidamente tu contestación a mi comentario, reiteiro mi postura sobre la humildad, esa postura no va conmigo.
Te equivocas, mi corazón se ha endurecido un poco con el tiempo y las experiencias vividas, algunas no han sido muy agradables, y me han abierto los ojos para saber con quien cuento y quien me quiere de verdad.
Un besazo muy fuerte, de esta amiga bloguera, que aún con el corazón duro, te quiere de verdad.