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viernes, 2 de diciembre de 2011

Relaciones de pareja: ¿Por qué el amor-odio?

Volvamos al tema principal de este blog que a parte de la felicidad es sobretodo el amor. En una anterior entrada hablaba del amor, su complicada definición, pero en esta ocasión nos vamos a centrar más en el amor aplicado al mundo de las relaciones de pareja.



Valdría la pena echar un vistazo al post ¿Conoces el amor? para refrescar y quizá poder descubrir qué es lo que todos y cada uno de nosotros entendemos por amor.
Mi manera de entenderlo después de mucho leído, experimentado y de sentir emociones muy diferentes e intensas es que el amor empieza en uno mismo y cuando digo uno mismo no quiero referirme a nuestro ego mental que nos mantiene apegados a lo material de esta vida, más bien todo lo contrario, si conseguimos amar a nuestro propio ser fuera de los prejuicios mentales que nuestro ego crea para que no lo abandonemos, empezaremos a sentir amor verdadero y entonces sabremos amar de modo correcto a nuestra pareja. Veamos qué es lo que ocurre, por desgracia de manera más habitual de lo que quisiésemos, en las relaciones de pareja.

    En un principio sentirse "enamorado/a" es una sensación maravillosa, estás lleno de energía y te sientes muy vivo; de repente tu existencia adquiere un significado, alguien te necesita, te hace sentir especial y te quiere, juntos ahora formáis una unidad. Todo esto es muy bonito y pareces muy feliz ¿Dónde está el problema?

    Ésta primera y enérgica intensidad con que empieza la relación será problemática cuando con el paso del tiempo se convierta en necesidad y apego, uno se vuelve adicto al otro miembro de la pareja y éste sentimiento deriva irremediablemente en la aparición de celos, posesividad, chantaje emocional, ataque-defensa, en definitiva miedo a la pérdida. Si llegado el caso, la otra persona nos abandona o nos sentimos gravemente atacados por algún tipo de traición pasaremos muy rápidamente de lo que creíamos "amor" a practicar la más enérgica hostilidad contra el otro o hundirnos en la más grande de las penas. Es en ese momento cuando surgen las preguntas: ¿Dónde está el amor ahora? ¿Puede el amor transformarse en odio o dolor intenso? Eso que sentíamos por nuestra pareja ¿era verdaderamente amor?



    Todos queremos estar enamorados, sentir esa energía y vigor especial que nos proporciona el comienzo de esa nueva relación, llena de ilusiones que depositamos en nuestra pareja, pues es ella quien nos va a aportar la felicidad que demandamos, nuestra media naranja nos hará sentir completos y por fin no tendremos que buscar más, habremos encontrado nuestra felicidad. Pues bien, esta manera de entenderlo es un grave error en el que la mayoría de nosotros caemos o hemos caído en alguna ocasión; es cierto que la mayoría de las personas, sobretodo cuanto más joven es uno, nos sentimos incompletos, nos falta una mitad, de ahí el irresistible impulso de origen espiritual de encontrar pareja para acabar con la dualidad que sentimos y volver a la unidad que buscamos. La culminación física de este impulso es la tan anhelada unión sexual que será lo más cerca que podremos estar de sentirnos completos.

    De todo ello se deduce que el error está en buscar el verdadero amor, la felicidad y el sentimiento de unidad fuera de nosotros, depositar todas estas esperanzas en el mundo material, ya sea otra persona (o bienes materiales) sólo nos aportará un primer momento de aparente "felicidad" que en este caso sería el enamoramiento; apartémonos un poco de la forma y de lo material y busquemos esos sentimientos en un  lugar donde a la mayoría de nosotros ni se nos ocurre buscar, en nuestro interior; las personas que saben querer de verdad a sus parejas y a la gente de su entorno son aquellos que experimentan y han encontrado estos sentimientos en su interior, ese amor que sienten no se puede transformar jamás en ira o en dolor, ese es el amor puro que todos deberíamos aprender a encontrar y del que todos tendríamos que disfrutar, ese amor no se puede encasillar en ninguna religión o ideología, sencillamente existe y está ahí para el que lo descubra dentro suyo; ahora que hemos reconocido este común fallo en la manera de entender las relaciones personales, en futuros posts pondremos algunas pautas para aprender a localizar y sentir ese amor verdadero, os aseguro que no hay sentimiento mejor.

    Muchas gracias por leer mis palabras.


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