domingo, 23 de enero de 2011

APRENDER A TOCAR LA LIRA



Parece ser que un buen día le preguntaron a Sócrates, todos querían preguntarle una vez que él había hecho de las preguntas el pilar básico de la educación:
Para que te sirve, Sócrates, aprender a tocar la lira si vas a morir?

Para tocar la lira antes de morir, respondió el maestro.

Hasta el último momento de nuestra existencia debería iluminarnos esa respuesta magnífica del filósofo ateniense que echa por tierra la filosofía de la vagancia que nos acorrala, si filosofía podemos llamarla, en la que lo que impera es descansar no ya a los noventa, porque si pudiera ser, mejor que mejor, a los cuarenta y pocos en donde abundan ya los que quisieran jubilarse aun antes de haber comenzado la labor.

Hace unos días me puse a perfilar unos versos y me salió esto pensando en lo mismo:

Cansado a los 10 de los recreos largos. / A los 18 de las noches eternas. / Cansado al año y medio de estar casado. / A los 40 cansado de tanto trabajar / y deseando con ansiedad la jubilación. / A los 70 cansado de ser tan viejo. / A los 90: ¿Pero cuándo coño llegará la muerte? / ¿No será que ya estabas cansado de nadar / en el vientre de tu madre?

¿Aprender a nadar, bailar, pintar, manejar el ordenador, escribir, sembrar, cocinar, planchar, soñar, tocar la lira, la guitarra o el acordeón, volver a la universidad, presentarse a concejal del municipio para no dejarlo todo en las manos de los jóvenes, pasear con los sentidos bien abiertos para que penetre la voz de la calle y la belleza del paisaje, aprender un nuevo idioma, intentar coger todos los trenes, desaprender, aprender cosas nuevas, etc. etc. etc. si en menos que canta un gallo vas a morir?
Pues eso, bien simple, nos lo dejó bien claro quien sólo sabía que no sabía nada y por eso era tan sabio, para que la muerte nos pille con las botas bien puestas, y nunca mejor que nadando, bailando, pintando, trajinando… amando y dando color o poniendo música de fondo a los últimos momentos del vivir.

Envidio a los que no se dan cuenta de que envejecen, tan ocupados están con sus cosas, decía el poeta turco Nâzim Hikmet.

Envidiemos a los que siguen plantando árboles, escribiendo libros (terminaba Vargas Llosa así su discurso en Estocolmo: tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible), pariendo hijos, dejando mejor las cosas que se las encontraron, allí donde quieran que estén, sin preguntarse si deben, por el mero hecho de ir cumpliendo muchos años, por el simple hecho de ir en envejeciendo, cuando todos sabemos que es, a partir de los veintitantos, cuando empieza la carrera hacia el final y si nos gusta tocar la lira aprendamos a tocarla bien, aunque nos queden pocos telediarios, para sacarle los mejores sones antes de morir.

6 comentarios:

El pastor... dijo...

Gracias Angel, gracias por tocar el tema del que yo tenía el presentimiento de que algún día tocarías.

Siempre me ha servido de referencia el pensamiento del sabio Sócrates. Pero no sé quien coño (perdón por la expresión) nos ha inculcado que nuestro objetivo es conseguir la jubilación, cuanto antes mejor, para no dar ni golpe, sin ver que eso no es vivir, si no mas bien estar muerto en vida.

Tuve la suerte de tener por suegra a una mujer que a los 92 años dijo
un día: "ahora sí que veo que me estoy haciendo vieja". ¿Sabéis por qué no se dio cuenta, hasta entonces, de que se hacía mayor? (nunca fue vieja) pues porque tenía que cuidar a un hijo enfermo.

Viejo es aquel que cree que ya ha hecho todo en la vida y no le queda otra opción que esperar a la tía de la guadaña.

Desde que hay "cerebros" pensantes que parece que han descubierto, y es cierto, que el mañana no existe, nuestro objetivo es vivir, no al día, sino cargándonos el futuro. Si el mañana no existe nuestra obligación es preparar su venida porque, debemos saber, que mañana también amanece.

Sólo hay un punto en el que no estoy al 100% contigo, es en lo de desaprender, porque creo que esto sería malo. Yo, sólo es mi humide opinión, creo que sobre lo aprendido incorrectamente debemos superponer la experiencia y la sabiduría que dan los años y, si es necesario, corregir.

Os envío 68'5 abrazos

Anónimo dijo...

Uy, qué bien cuando entro en este blog y tomo aire fresco!!!!
Me gusta leer estas reflexiones de las que tantas veces hablamos.
Gracias también por tu comentario, pastor. ¿Sabes? Escribí una vez un artículo titulado "las ovejas" que empezaba hablando de una amiga mía que de mayor quería ser pastora. Ya te hablaré de sus argumentaciones.
Feliz semana. Bien luminosa, eh?

53´5 abrazos. Gloria Rivas.

Anónimo dijo...

Primero, decir que estoy de acuerdo con Pastor (por supuesto con Ángel)tan solo disiento en lo de desaprender.
Querido Pastor, pienso que hay qe desaprender y muuuucho.!Cuántas cosas dañinas prejuiciosas y refraneras nos han inculcado que nos han reprimido y retraído de embarcarnos en acciones crativas y liberadoras!
Por eso, muchas veces hay que comprender que mucha gente no se ilusione por nada, pues nunca ha tenido hábitos y la falta de curiosidad y de cambiar modelos establecidos hace que se tiren para atrás, pienso yo.
De todas formas, Ángel, espero que siga el discurso en ésta línea...porque siempre es difícil - no sé si está bien decir convencer- enfrentarnos con este tipo de situaciones.

Anónimo dijo...

No te quedes inmóvil/ al borde del camino/ no congeles el júbilo/ no quieras con desgana/ .....

La lira, la trompeta, el piano, el violín, el saxo.....Lo importante es que dentro de ti resuene la palabra ADELANTE como una fuerza que te arrastra, que te agarra a la esperanza, a la ilusión y a la vida.

Anónimo dijo...

Y sigo pensando en la lira y en la esperanza y como al autor del blog le gusta Nadal, decirle que aprender a tocar la lira es como “Darle fuerte a la pelota” es decir, poner la fuerza en la acción misma sin esperar ningún resultado, simplemente en jugar lo mejor posible, conservan la fe en su juego y no en ganar el partido; muchas veces eso es lo que marca la diferencia...
Un beso

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Hola, hola, da gusto el calor de hogar que le echáis al blog y el ánimo a seguir abriendo ventanas porque entráis y abrís las vuestras a través de las cuales se ven hermosos paisajes, no es coba.
El pastor ha estado sembrado, una vez más, y como le contesta muy bien el anónimo 1º, a la necesidad de desaprender, no insisto, porque estoy de acuerdo.
Gracias a Gloria por su también aire fresco en el blog y fuera del blog. Al 2º anónimo gracias por esos versos que hacemos nuestros al grito de ADELANTE sin congelar ni la risa ni el abrazo.
Y al 3º anónimo igualmente que estupendo, porque lo que importa es el juego en sí, no tanto la victoria o el fracaso final, como lo importante del camino no es la llegada, ¿verdad?
71 abrazos a todos, ¡hala!