jueves, 12 de noviembre de 2009

PERDIDA DE LA CONCIENCIA (COMO ACTUAR)

La conciencia es un estado en el que el encéfalo permanece en completa vigilia; es decir, donde el cerebro es plenamente consciente de las sensaciones que recibe y de las órdenes que transmite.
La pérdida de conciencia o inconsciencia, es el estado en el que el cerebro tiene abolidos determinados actos reflejos y sólo reacciona ante determinados estímulos, en función de la profundidad o grado de inconsciencia alcanzado. En este estado pueden verse afectadas también las reacciones vegetativas.

Existe un estado intermedio, más próximo al de inconsciencia, denominado de semiinconsciencia, en el que el cerebro se encuentra aturdido y no está plenamente capacitado para reaccionar normalmente: sus actos son lentos, torpes y confusos. A una persona que se encuentre semiinconsciente, solemos decir que está desorientada.
Las causas que originan la pérdida de conciencia pueden ser producidas por:

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Traumatismos mecánicos en el sistema nervioso central (SNC).
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Falta de riego sanguíneo en el cerebro (muerte de sus células por falta de oxígeno).
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Intoxicaciones agudas (de cualquier índole).
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Fallos del propio sistema nervioso central.
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Impresiones fuertes.
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Dichas causas se dividen en cuatro grandes grupos:
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Traumatismos: tras caídas o golpes violentos sobre la cabeza.
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Intoxicaciones: alcohol, drogas, medicamentos.
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Alteraciones metabólicas: diabetes.
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Alteraciones neurológicas: epilepsia, A.C.V., etc.

En primeros auxilios lo esencial es determinar simplemente la presencia o ausencia de la conciencia (y de las otras constantes vitales) con independencia de la causa que haya motivado su ausencia. No obstante, veamos la clasificación más simple de las diferentes formas en las que se presenta una pérdida de conciencia.

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Lipotimia
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Síncope
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Shock y colapso
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Coma

Lipotimia

Generalmente se trata de un desmayo o desvanecimiento pasajero. Es la pérdida de conciencia breve, superficial y transitoria debida a una disminución brusca del flujo sanguíneo cerebral. Puede estar causada por fatiga, hambre, emoción repentina, lugar poco ventilado, calor, etc.
La piel de la cara se vuelve pálida y, generalmente, la víctima nota que se desmaya.
Todo desvanecimiento o desmayo conlleva, como respuesta del mecanismo autónomo de defensa, a una caída; con ello, el encéfalo, pretende asegurar su aporte de sangre, favoreciendo el riego, ante la posible disminución de la presión sanguínea.

Síncope

El síncope se presenta de una manera súbita ya que se trata de un paro momentáneo del corazón que origina pérdida total y repentina de la conciencia. Puede estar causado por una enfermedad cardiaca u otros motivos de origen nervioso. Normalmente se restablece la circulación en 5 a 20 segundos y entonces la palidez viene sustituida por un enrojecimiento, debido a la entrada de la sangre oxigenada en los vasos dilatados de la piel.

Shock y colapso

El colapso es la paulatina falta de riego al cerebro. Mediante la palabra shock (choque) se trata de determinar un estado grave de trastorno circulatorio que ocasiona una disminución importante del riego sanguíneo en la periferia del cuerpo, pudiendo provocar un funcionamiento renal deficiente. En toda lesión grave (herida sangrante, fractura, quemadura extensa o profunda, enfermedades del corazón, intoxicaciones) es probable que aparezca la complicación del shock. A veces es el único indicio de una hemorragia interna gástrica o intestinal.
Este es el llamado shock hipovolémico, es decir, el producido por disminución del volumen sanguíneo, pero existen otros tipos que no trataremos y sólo enunciamos a título de curiosidad como son el shock traumático (producido por un fuerte choque emocional) y el shock anafiláctico (producido por una fuerte reacción alérgica a medicamentos o venenos de seres vivos).

Coma

Es la pérdida de conciencia prolongada, con disminución o ausencia de los reflejos protectores (deglución, tos, mecanismo del vómito (arcadas), etc.) y de reacción ante determinados estímulos externos.

El coma es un estado del que se sale muy difícilmente. Se puede permanecer en coma durante varios años. Generalmente el coma profundo conlleva a la muerte.
Dada la tremenda complejidad para una correcta valoración del grado de profundidad del coma, se han establecido diversos parámetros entre los que se encuentran el Test de Glasgow y el Test Neurológico.

El más simple, utilizado en Socorrismo, es el llamado A-V-D-N, que valora la reacción ante distintos estímulos (Alerta-Verbal- Dolor-Ninguno). Volveremos a verlo en la Evaluación Inicial.

Pautas generales ante una persona con pérdida de conciencia no presenciada:

Si se encuentra a una persona inconsciente y se desconoce la causa:

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Debe examinarse la documentación, a ser posible con testigos, para ver si en ella indica algo sobre si la víctima es epiléptica, diabética, etc.
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Buscar también datos en medallas y pulseras sanitarias, aunque no suelen ser fiables porque las falta el número único de identificación personal (D.N.I.) pudiendo, por tanto, corresponder a otra persona los datos en ella contenidos.
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Procurar enterarse de lo ocurrido preguntando a los testigos presentes o mejor aún a los acompañantes o familiares.
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No movilizarla a menos que sea imprescindible para su vida.
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No revolver o tocar innecesariamente los efectos personales u objetos que pueda haber alrededor de un accidentado y que puedan ser evidencia de crimen o suicidio, a no ser necesario para salvar su vida. Todos los datos observados serán comunicados a las autoridades competentes y al médico.

Primeros auxilios en caso de pérdida de conciencia

Como norma general de suma importancia, a toda persona inconsciente, que razonablemente supongamos que haya podido sufrir un traumatismo importante, siempre la consideraremos y la trataremos como si tuviera lesión en la columna vertebral, controlando en bloque el eje cabeza-cuello-columna (tronco).
Nos aseguraremos de que estén presentes las otras constantes vitales (respiración y pulso), restableciendo la que notemos ausente (reanimación pulmonar y/o cardiaca).
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Control de las hemorragias agudas y tratamiento, si existen.
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Valorar el resto de las lesiones y mantener la temperatura corporal.
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Si tiene pulso y respira, giraremos ligeramente hacia un lado la cabeza de la víctima o la colocaremos en posición lateral de seguridad (PLS), en prevención de la asfixia causada por lengua caída, posibles vómitos, mucosidades o secreciones. De suponer lesión en la columna, pasar directamente a (PLS) (Posición Lateral de Seguridad), controlando el eje cabeza-cuello-columna vertebral.
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Si ha perdido sangre abundantemente (hemorragias externas o internas), colocarla, además, en posición antishock.
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Reevaluar periódicamente las constantes vitales y trasladar a un centro sanitario en el medio apropiado.
ATENCIÓN: No se trata de una pauta generalizada pero, en algunas ocasiones, a medida que la persona recobra el conocimiento vomita. Hay que estar prevenidos y evitar que se asfixie con sus vómitos, como hemos dicho, simplemente girando hacia un lado su cabeza.
Algunos casos de pérdida de conciencia producida por traumatismos en la cabeza se recuperan al momento pero, al cabo de un rato, provocan vómitos, somnolencia y, por último, pérdida de conciencia con entrada en coma. Por tanto, siempre que se aprecie que ha habido pérdida de conciencia, aunque sea brevemente, es necesaria la valoración de un facultativo.
No se debe dejar nunca sola a una persona inconsciente pues es necesario vigilar que siga respirando hasta que pueda ser trasladada a un centro asistencial donde, generalmente, deberá permanecer, al menos, varias horas en observación.
No obstante, como complemento de la norma general, indicamos a continuación unas pautas para casos más concretos de pérdida de conciencia:
Si la persona siente que se va a marear:

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Tumbarla en posición horizontal sobre su espalda (decúbito supino) y elevarla las piernas 45º.
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Facilitar la respiración aflojándole la ropa u objetos que puedan oprimir su cuello, pecho o cintura.

Si la persona ya se ha desmayado (lipotimia):

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Mantener la permeabilidad de la vía aérea (que los conductos estén libres de obstrucciones) y asegurarse de que respira (hiperextensión) y tiene pulso.
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Colocarla sobre su espalda y elevarle las piernas no más de 45º.
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Aflojarle las ropas u objetos que opriman su cuello, pecho o cintura.
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Mantenerla tumbada durante unos minutos (recuperará la consciencia enseguida).

Si se trata de un síncope:

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Mantener la permeabilidad de la vía aérea y asegurarse de que respira y tiene pulso.
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Iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP) en caso necesario.
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Si se mantienen las constante vitales, actuar como en el caso de una lipotimia.

Si se trata de un colapso o shock:

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Mantener la permeabilidad de la vía aérea y asegurarse de que respira y tiene pulso.
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Iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP) en caso necesario.
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Si se mantienen las constante vitales, colocar al paciente en posición antishock (o Trendelemburg) y la cabeza girada ligeramente hacia un lado.
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Traslado urgente a un centro sanitario.
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Mantener el calor de la víctima.

Si se trata de un coma:

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Mantener la permeabilidad de la vía aérea y asegurarse de que respira y tiene pulso.
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Iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP) en caso necesario.
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Si se mantienen las constante vitales, colocar al paciente en posición lateral de seguridad (PLS).
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Asegurar la permeabilidad de la vía aérea (cánula orofaríngea).
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Evitar la pérdida de calor de la víctima.
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Vigilar las constantes vitales y procurar su traslado urgente a un centro sanitario.