A mi papito le dieron de alta en el hospital ese día, y como suele suceder, viene una enfermera con la medicina que debe tomar en casa, con las indicaciones pertinentes.
Luego vino la nutricionista del Hospital y nos dio una lista de los alimentos que debía comer mi papá.
De pronto nos dijo: "Siento algo en mi corazón, tengo que decirles algo: "¿Desean salvarse?", "¿Quieren que su papito se salve?"
Mi hermana y yo respondimos que "SI" por supuesto que sí.
Y nos hizo repetir esta oración
Señor Jesús: Te pido que me perdones por todos los pecados que he cometido. Te recibo en mi corazón. ¡Gracias por salvarme!
Mi papito la repitió en alta voz y después de 10 horas partió a la VIDA ETERNA.
Damos gracias a Dios porque nuestro papito ya no tiene dolor, ya no tiene ninguna enfermedad, ahora esta a SALVO, esperando la RESURRECCIÓN como todos los que ya han partido y descansan en PAZ.
¡LA MUERTE ES EL ABRAZO CON DIOS!
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