Articulos El Bebé Emocional

La época primal del ser humano -gestación, nacimiento y primera infancia- merece todo el respeto y protección puesto que es en esta época donde se escribe el futuro de las personas, que es lo mismo que decir el futuro de las sociedades y de la humanidad.

domingo, marzo 18, 2007

Lactancia: Alimento nutriente- Alimento Afectivo

Un bebé nace a los más o menos nueve meses de gestación y parece que esté totalmente formado. Sin embargo, en un aspecto crucial, no está preparado para el mundo. Su cerebro no está, ni mucho menos, plenamente desarrollado. Si tuviera que esperar hasta entonces, tendría que pasar otros doce meses en el útero. Hay una razón muy sencilla por la que no puede quedarse tanto tiempo. Para nacer, el bebé tiene que pasar por en medio de la pelvis. Si pasara más tiempo en el útero su cabeza sería demasiado grande para pasar. Así que, si el bebé quiere salir al mundo, tiene que hacerlo ahora, esté preparado su cerebro o no.

De hecho, en el cerebro del bebé, se van a construir alrededor de 1.000 millones de conexiones neuronales hasta los tres años de edad. La calidad y efectividad de estas conexiones dependen básicamente de dos factores: el alimento nutriente y el alimento afectivo. El alimento nutriente aporta las sustancias necesarias -proteínas, hidratos, grasas, vitaminas, minerales, etc.- para la construcción y desarrollo orgánico. El alimento afectivo –cariño, protección, atención, contacto, etc.- satisface todas sus necesidades psicoemocionales. Tan importante un alimento como el otro, tal como, lamentablemente, se ha podido comprobar en guarderías chinas o rumanas, entre otras, en que los bebés reciben suficiente alimento nutriente pero ningún alimento afectivo ya que no son abrazados, ni besados, ni atendido su llanto o simplemente cogidos en brazos. Sus retrasos psicomotrices, las patologías psicológicas o incluso la muerte, son las consecuencias.

Tenemos tres preciosas herramientas para ofrecer alimento afectivo a nuestro hijos. Herramientas que responden a las necesidades afectivas del bebé, producto de su especial forma de percepción: la percepción emocional. Estas herramientas son:

1- El colecho

2- La atención del llanto

3- La lactancia

El colecho, entendido como el acto de dormir juntos padres y bebé, en la misma cama o en otra a su lado, cubre la necesidad del bebé de sentirse seguro, protegido, acompañado, atendido. Tal cómo el Dr. Carlos González apunta en su libro “Bésame mucho”, es normal que los bebés se despierten por la noche cada dos o tres horas, debido al instinto ancestral que permanece en el ser humano, como buen mamífero que es. Este instinto es fruto del hábito de las crías de mamífero, que en medio de la sabana o de la jungla, necesitan de la protección de su madre, especialmente por la noche, en que los depredadores tienen la costumbre de salir a cenar. La cría, por ejemplo de una gacela, va despertándose periódicamente. Gime y si nota la presencia de su madre se vuelve a dormir. Si no está su madre sube el tono en intensidad para reclamar su protectora presencia. Evidentemente, por puro proceso evolutivo, han sobrevivido las crías que seguían este proceso de alarma, las otras, eran cena segura para sus depredadores. Además de este componente antropológico, el ser humano, por sus propias características de desarrollo y perceptivas tiene unas grandes necesidades de afecto, incluidas las de la noche. Es necesario nombrar aquí un método perfecto para negar esas necesidades afectivas y hacer sufrir a los bebés y niños, que por desgracia ha tenido gran resonancia mediática. El método del Dr. Estivill. Método cruel con el bebé o niño, ignorante de sus necesidades de alimento afetivo, de las secuelas psicológicas que puede producir y sin ninguna base científica tal como la psicóloga Rosa Jové, en su libro “Dormir sin lágrimas”, demuestra más que suficientemente.

La atención del llanto parte de la indudable premisa de que si un bebé llora es por algo. Porque tiene hambre, porque se encuentra mal o porque expresa emociones. ¿Dudaríamos en alimentar a nuestro hijo si tiene hambre? ¿Nos pensaríamos procurarle medicamentos o asistencia médica si se encuentra enfermo? ¿Porqué nos vamos a resistir a satisfacer sus necesidades emocionales? Emociones presentes o pasadas, como pueden ser las de su nacimiento, que aún tiene que procesar. Atender el llanto significa satisfacer sus demandas, significa otorgarle seguridad, confianza, apoyo. La atención del llanto es el inicio de la escucha emocional a nuestros hijos, que debe acompañarnos en toda su crianza y educación. La escucha emocional es fundamental para asentar y desarrollar el imprescindible vínculo afectivo entre padres e hijos, base de un desarrollo psicoemocional en armonía.

La lactancia satisface tanto las necesidades de alimento nutriente como las de alimento afectivo. Es un acto de amor en que la madre entrega tanto su cuerpo (leche materna, piel a piel, mirada, caricias, olor, palabras suaves), como sus sentimientos (afecto, protección, amor). Siempre hay que apuntar, para las madres que no pueden dar lactancia, aún deseándolo, en general por un problema de entorno del parto que dificulta su inicio o por mal asesoramiento en las formas (de ahí el gran trabajo de las Asociaciones de Lactancia en el apoyo y asesoramiento a las madres), que también un biberón dado con amor, es un buen alimento afectivo. Eso sí, siempre debe priorizarse la lactancia, al fin y al cabo es la herramienta más perfecta que nos ofrece la naturaleza para alimentar, en todos los sentidos, a nuestros bebés (y además es gratis).

Uno de los factores que más dificulta la lactancia a demanda y prolongada, en la mujer que trabaja fuera de casa, es la incorporación al trabajo después del, a todas luces, insuficiente permiso por maternidad. Otro factor es el poco apoyo que, generalmente, encuentra la madre en los pediatras desconocedores del proceso de la lactancia, tanto en formas, como en el particular desarrollo del bebé lactante. Y por último la incomprensión social (familiares, amigos, entorno laboral y sociedad en general) que critican y “machacan” a las madres que optan por la lactancia a demanda y prolongada en el tiempo, igual que pasa con el colecho y con la atención del llanto. Cómo una madre practique el colecho, la lactancia y atienda el llanto de su bebé, tiene asegurados augurios nefastos que le garantizarán un hijo inseguro, dependiente de sus padres y desgraciado para el resto de su vida. Y mira por dónde la experiencia nos demuestra todo lo contrario. Un bebé, un niño, atendido en sus necesidades emocionales, es un niño, que en su proceso de desarrollo natural (no cuando a nosotros nos convenga) adquirirá seguridad. Seguridad que le permitirá abrirse al mundo con confianza e independencia. Es un niño que se sentirá amado y por lo tanto tendrá autoestima. Autoestima que le permitirá afrontar las dificultades en su camino. Es un niño que desarrollará una gran inteligencia emocional, definida como la capacidad de ser feliz, de no dejarse dominar por la adversidad, de elegir tu vida y establecer relaciones armoniosas con los demás. ¿Quién no desearía algo semejante para sus hijos? Pues es muy fácil, simplemente hay que amarlos (alimento afectivo) y que ellos lo sientan así.

Toda mujer y todo hombre han sido una vez niños y en la medida en que ese niño se sintió amado, así se ama ahora a sí mismo, a los demás, al Mundo y al Universo entero. Quien ama a un niño, siembra amor para el futuro.”

Enrique Blay

Enrique Blay, Dpdo. en Psicología del Desarrollo - Terapeuta Psico-emocional, en

"ARA- Psicología / Psico-emocional" www.ara-terapia.com

Centro asociado a la Plataforma Pro Derechos del Nacimiento

www.pangea.org/pdn/plataforma.html

6 Comments:

  • At 1:08 p. m., Blogger Jime... said…

    Me gustaron todos los articulos. Me sentí identificada y comprendida. Para mi mis hijos han sido una manera de sanar mi vida.
    Dormimos juntos, tomaron el pecho hasta que quisieron y con mi hija aprendi a comunicarme/nos... Me ha hecho reflexionar en algunas cosas.
    Un placer pasar por acá!

     
  • At 4:44 p. m., Blogger EL BEBE EMOCIONAL said…

    Querida Jime... es siempre una alegría ver mamás con tanta conciencia de lo que representa amar a un hij@, y lo que ello implica en su felicidad, presente y futura. Lo más maravilloso es que luego te devuelven ese amor muntiplicado por mil !Que gran regalo! He visitado tú blog y ¡Un placer pasar por allá!
    Un abrazo.

     
  • At 10:52 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Muchas gracias por apoyar a las madres que seguimos nuestros instintos sin hacer caso del que diran, yo tengo un bebe de 22 meses al que le doy teta a demanda y duerme conmigo y por mucho tiempo!!!! Ahora estoy esperando otro y tengo ilusion por la lactancia en tandem aunque ya me imagino la presion social que me espera...jejejeje!!!!
    Muchas gracias de nuevo y un abrazo!!!

     
  • At 11:15 p. m., Blogger EL BEBE EMOCIONAL said…

    Querida "anónimo", me encanta que te tomes con humor esa presión social, porque la crianza respetuosa es precisamente una vivencia alegre y feliz, tanto para la madre y el padre como para el bebé. Cuando se tiene la sensibilidad, conciencia y sobre todo la capacidad de amar a un hijo que tú demuestras, se adquiere la seguridad absoluta, digan lo que digan, que estás dándoles el mejor alimento afectivo. Un abrazo.

     
  • At 11:37 p. m., Blogger Manolyta said…

    Me encanto lo que lei, siempre considere cruel el metodo Estivil, en ese tiempo no tenia hijos, ahora tengo una hermosa bebe de 2 meses y sigo mi instinto, no la dejo llorar a no ser que este muy ocupada, pero le hablo desde la otra habitacion y le digo porque me demoro en llegar, creo que me escucha y entiende, cuando me canso y abrumo sobretodo por las noches respiro profundo y recuerdo que su llanto es su lenguaje, gracias por reafirmar mi decision de contenerla siempre.

     
  • At 11:37 p. m., Blogger Manolyta said…

    Me encanto lo que lei, siempre considere cruel el metodo Estivil, en ese tiempo no tenia hijos, ahora tengo una hermosa bebe de 2 meses y sigo mi instinto, no la dejo llorar a no ser que este muy ocupada, pero le hablo desde la otra habitacion y le digo porque me demoro en llegar, creo que me escucha y entiende, cuando me canso y abrumo sobretodo por las noches respiro profundo y recuerdo que su llanto es su lenguaje, gracias por reafirmar mi decision de contenerla siempre.

     

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