sábado, 3 de octubre de 2009

EL CASTILLO DE GAUZÓN. RAICES







Allí donde nacimos, donde vivimos, por donde pasamos cada día existen vestigios que son memoria o huellas de los antiguos, y que debieran por definición, observarse para la imitación y ejemplo, más aún cuando son señales de la Historia que construyó nuestra Asturias, cuna de España.
En el concejo asturiano de Castrillón donde vive quien estas letras escribe, se encuentra la localidad de Raíces-Viejo (entre la Villa de Avilés y la playa de Salinas).
El escudo de Castrillón, como todos los escudos heráldicos nos dan indicios de parte de la Historia de lo que representa, sea una localidad o un apellido, por lo que paso a describirlo:






1º) En Campo de azur (azul) una torre de piedra donjuanada (con torre de homenaje) almenada, de oro (amarillo), mazonada de sable (negro) terrazada de rocas de sinople (verde) y surmontada de una cruz de oro y piedras preciosas con las letras alfa y omega (primera y última letra del alfabeto griego).

2º) En campo de Gules (rojo) y una nave guerrera de oro (amarillo) entrando en puerto, con velas desplegadas de plata (blanco) con una cruz de gules (rojo) sobre el palo mayor; la proa armada de una sierra con la que rompe una cadena de sable (negro), unida en sus dos extremos a dos torres de oro sobre peñascos bañados por ondas de azur (azul) y plata (blanco). Son las armas de Avilés, representa la conquista de Granada, a la que fueron a ayudar a recuperar de la invasión musulmana.
Avilés es el alfoz -territorio rural dependiente de la villa- al que fue incorporado Castrillón en el año 1309, fecha en la que Fernando IV otorga a la villa de Avilés los viejos territorios del alfoz de Gauzón (Gozón) que estaban integrados por los actuales concejos de Illas, Avilés, Corvera, Carreño, Gozón y Castrillón.
El escudo va timbrado con:

1º) Una corona Real de España, que es un círculo engastado de piedras preciosas, compuesto de ocho flores (cinco vistos), de hojas de acanto, interpoladas de perlas y de cuyas hojas salen otras tantas diademas cumadas de perlas que convergen en un mundo de azur (azul), con el semimeridiano y el ecuador, de oro (amarillo), sumado de una cruz de oro y la corona forrada de gules (rojo).

2º) Dos lambrequines de sinople (verde) en forma de hojas de acanto que rodean el escudo: representan las cintas con las que se adornaba el yelmo del guerrero, o la tela fija en él para defender la cabeza de los rayos del sol.
Existen evidencias de presencia humana en el concejo desde tiempos prehistóricos, lo cual demuestran diversos útiles encontrados en Pinos Altos (S. Martín de Laspra) y las Arribas (Sta.María del Mar). Así mismo, existe una cueva del Paleolítico superior en Pillarno (cuevas de Arbedales) y se ha constatado la existencia de dos castros situados en las inmediaciones de La Plata y en el Peñón de Raíces.
La época castreña está bien marcada en este concejo, el emplazamiento más importante es el de Peña Castiello (ocupado desde hace unos años por la urbanización de Coto Carcedo). En este se encontraron restos de monedas, y diferentes abalorios (collares, brazaletes… etc.). Por su envergadura acabaría dando nombre a todo el concejo.
Del periodo de la dominación romana o romanización, no hay muchos datos, contando con el castro de Raíces, cuyas excavaciones y hallazgos no han sido muy fiables al respecto de este periodo.

El concejo adquirirá especial relevancia en la Alta Edad Media cuando en el Peñón de Raíces se levantó el Castillo de Gauzón en -al menos- el siglo VII para proteger de invasiones y asaltos la entrada de la ría de Avilés. En este lugar se levantó el taller de orfebrería más importante que hubo en Asturias,donde se restauró la Cruz de la Victoria de Covadonga siendo recubierta de oro y piedras preciosas, emblema de la antigua monarquía asturiana y aún hoy símbolo para todos los habitantes de nuestra región. Se trataría de la cruz latina con alma de madera de roble que empuñó Pelayo, junto a su espada durante la batalla. Tiene los brazos ensanchados en sus extremos y un pequeño relicario en su centro de unión.
Los orfebres encargados de engalanar la Cruz, procedían del reino franco y fue durante el reinado de Alfonso III, cuando se ordenó su (re)-elaboración a principios del siglo X (año 908) siendo donada para su custodia al Deán de la Catedral de San Salvador de Oviedo, debido al traslado de la capitalidad del reino a León.
A la inscripción en latín "HOC SIGNO TVETVR PIVS. HOC SIGNO VINCITVR INMICVS" ("Con este signo el piadoso es protegido. Con este signo el enemigo es vencido") se añade otra que recorre sus brazos: “OPERATUM EST IN CASTELLO GAUZON” (“Obra hecha en el castillo de Gauzón”).
En esta época no tenemos datos que nos hablen en sí de este concejo, ya que pertenecía a tierras de Gozón que se extendió entre las demarcaciones pravianas y gijonesas . Durante esta época la comarca era rica en recursos de agricultura y ganadería. La iglesia de Oviedo tenía interés sobre estas tierras sobre todo el monasterio de San Vicente (Oviedo). Algo que también hay que destacar es la influencia de la nobleza, así el conde Gonzalo Peláez que estaba en el castillo de Gozón (Gauzón) tenía gran poder sobre estas tierras. Sus rebeldías hicieron que las tropas reales tomaran el castillo como modo de solucionar el problema. Este castillo y otros más quedaron bajo el poder real y más tarde Alfonso XI, los entregaría en señal de arras a su esposa doña Berenguela.
Al pie del Peñón de Raíces están casi escondidos en el caserío, vestigios del antiguo crematorio franciscano de Santa María, más tarde Monasterio de la Merced. Pueden verse empotrados entre los muros, una arcada románica con columnillas, dos puertas coronadas en arco, algunos lienzos de muro, varios escudos, así como la espadaña del templo. Estos monasterios, daban fe del paso por sus proximidades del Camino de Santiago del Norte (Camino primitivo), como se le conoce, ya que atraviesa el concejo por dos rutas diferentes, una por el interior y otra por el norte. Hecho que ayuda a dar el inicio de la proyección del Reino Astur y demás reinos hispánicos hacia Europa.






Raíces constituye hoy el yacimiento arqueológico más importante de la Edad Media asturiana y uno de los más carismáticos de nuestra región. En el Peñón de Raíces se hallan pues los vestigios del Castillo de Gauzón, construido por el rey Alfonso III a fines del siglo IX sobre un antiguo castro astur-romano.
Ello concede, al menos, simbólicamente a Raíces la paternidad de uno de los emblemas colectivos de Asturias, y por tanto de toda la Reconquista Hispánica.
A partir del siglo XIII, mientras Avilés alcanza el rango de nueva capital del territorio, el castillo es cedido a la importante Orden de Santiago, que lo posee hasta su ruina en el siglo XV. El estudio arqueológico y la recuperación del castillo serán acometidos a partir del año 2007, descubriéndose parte de las murallas, y hace un par de semanas se ha encontrado el portón de acceso a la fortaleza.
Los esfuerzos de la primera fase de investigación-excavación se centraron en la recuperación patrimonial y el estudio histórico-arqueológico del monasterio de Santa María de Raíces, situado a los pies del Peñón. Los orígenes del monasterio se hunden en la neblina. Algunas noticias históricas hablan de una iglesia prerrománica bajo advocación de Santa María que existiría ya a inicios del siglo X y que constituye uno de los interrogantes del yacimiento. Tal vez hemos de imaginar este edificio como un modesto oratorio.
Antes del año 1181, la iglesia, junto a su coto, son concedidos a la orden de Santiago por Fernando II. Los primeros análisis arqueológicos situarían en esta etapa los vestigios conservados más antiguos, que incluirían gran parte de la iglesia y la sala capitular, con su hermosa arquería románica.
Llegamos a comienzos del siglo XV y nuevos ocupantes habitan el monasterio. La rica familia avilesina de los González de Oviedo funda allí, con apoyo del Papa, un eremitorio franciscano. Los frailes se mantendrán hasta mediados de siglo. De su estancia pueden apreciarse diversas reformas en la iglesia, como el arcosolio destinado a enterramiento nobiliario.
También se construyen la nueva puerta de entrada a la iglesia desde el espacio conventual, con arco trilobulado y la puerta lateral del templo. Pero además, nuestras primeras hipótesis plantean la posible existencia de un palacio fundado por la familia González de Oviedo a comienzos del siglo XV, y que podría encontrarse oculto entre las viviendas actuales adosadas al monasterio. De hallarse su huella durante la presente intervención arqueológica, estaríamos ante uno de los edificios civiles de la Edad Media más antiguos de Asturias.






En la segunda mitad del siglo XV, los franciscanos son reemplazados por la orden mercedaria (religiosos de la Orden de la Merced), que ocuparán el eremitorio hasta fines del siglo XVII, cuando se desplazan al barrio avilesino de Sabugo. Los patronos del monasterio son por entonces la familia avilesina de los Alas-Pumariño, de quienes se conservan sus escudos.

En el tiempo de los mercedarios se elevan nuevas estructuras, como la imponente fachada monumental del convento, coronada por el blasón de la orden. Durante esta época, los frailes fomentan el desarrollo del espacio agrario y de la aldea – poblado de Raíces.
En las primeras semanas de excavación se hallaron los enterramientos correspondientes a la comunidad campesina medieval y moderna (siglos XII al XVIII). Tras el abandono del convento a finales del siglo XVIII, el núcleo de Raíces se irá acercando progresivamente a su imagen actual, formada por un conjunto de caserías, hórreos y paneras de alto interés etnográfico, en parte recuperadas.
Aún nos queda un último protagonista: el paisaje de Raíces. Conservamos en el entorno las huellas del paisaje que fue descrito ya en los documentos medievales del siglo XV. Es un paisaje de marismas y juncos que se extendía hasta el mar y las dunas. Y junto a él, nos encontramos con el bosque de los mercedarios, atravesado por el viejo camino medieval que llegaba al monasterio.llegaba al monasterio






En estos tiempos que corren de manipulación y tergiversación histórica, no permitas que la Historia la escriban aquellos que ahorcan a nuestros héroes, pisotean nuestra cultura y escupen en nuestras tradiciones y/o religión
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JG Castrillón

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