jueves, 10 de julio de 2008

El Amanecer de Carlitos y sus Hijos

Cruzando la Gral.Paz desde Capital por av.Libertador, frente al supermercado Carrefour se encuentra “El Amanecer de Carlitos y sus Hijos”, lugar donde se sirven los mejores y mas variados panqueques de la ciudad.

Se trata de la sede central del original “Carlitos de Gesell”, nombre que ya no utiliza debido a pleitos familiares y judiciales aunque si bien existen otras hamburgueserías que resaltan el nombre de “Carlitos”, no son los originales.
Incluso cuando algunos comensales se retiran, preguntan: ¿El Carlitos que esta en tal lugar es el de ustedes? La mayoría de las veces el camarero dice: NO, nada que ver…
Carlitos no tiene página de Internet, ni siquiera e-mail. No le hace falta. En hora y día pico hay que esperar para conseguir una mesa.

El local es austero, nada del otro mundo, pero prolijo y con sillas y mesas de madera. En las paredes pueden verse fotos de personajes argentinos o algún afiche de los panqueques más conocidos como el que rinde homenaje al “Che Guevara”.

En esta sede central, llama la atención que el propio Carlitos en lugar de disfrutar de las conquistas brindadas gracias a su mano para los panqueques, sigue trabajando en el fragor de la cocina.

Por si queda alguna duda sobre cual es el verdadero local, aquí está Carlitos el verdadero Rey del Panqueque.

En el libro Sucios Bocados, Anthony Bourdian cuando se refiere a algunos chefs célebres que prestan el nombre a las cadenas, resalta que ellos jamás están en las cocinas de sus locales aunque cierta ingenuidad de quienes acuden así lo crea. Salvando las distancias, y mejor aún, de manera más que honrosa, Carlitos sigue comandando el batallar en la cocina, dando forma a la masa de los panqueques que llegan a las mesas.
Es más, ya sea a requerimiento de algún personaje famoso o ilustre desconocido, es capaz de salir a la cocina a saludar o cruzar algunas palabras de manera totalmente desinteresada. Aún sin conocerlo, se distingue que se trata de un gesto que enaltece a cualquier persona.


Una generosidad que además es derramada en las acciones y el producto. Por ejemplo, primero, las porciones no se ajustan a las nuevas tendencias minimalistas brindadas en otros lugares de renombre, para que se entienda bien, hay prodigalidad de comida. Segundo, a precios módicos es posible saciar el apetito con un solo panqueque de la variedad de los mas de 700 existentes en la carta (lo demás es Gula). Tercero, algunos panqueques dulces que pueden ser usados como postre, deben dejarse debido a su abundancia, a diferencia de otros lugares, donde aunque muchos no lo admitan, terminan devorando la panera como continuación del postre. Pero atención, nunca desmereciendo la calidad. Además el plato, en este caso, es invisible, solo se nota que existe cuando se termina el panqueque; en cambio en ciertos lugares, el plato decorado, cuadrado u ovalado es la estrella del menú haciendo que algunas comidas queden empequeñecidas dentro de él.

La atención es sobria, profesional y lo suficientemente rápida. Vale destacar que a pesar de la juventud de los camareros, no llevan anotador; a la manera de la vieja escuela, memorizan los pedidos, y de esta manera llegan tal como uno los pidió.
En la cocina se nota el profesionalismo y la frescura de los productos. La composición de los panqueques puede variar desde un buen jamón crudo, pasando por palta, berenjenas, hasta atún y también hasta panqueques “light”.

En el menú los platos son denominados por un número y su composición. En la mayoría de los mismos puede apreciarse una dedicatoria para personajes que van desde el escritor Julio Cortazar, pasando por Evita, deportistas, actores y hasta figuras televisivas fugaces casi olvidadas como Pato Sarán (así se llama el exprimido natural de durazno y naranja), al cual el camarero ni bien toma el pedido dice: marche un Patoooo!!!!!

Parte de la cocina. Carlitos está fuera de la vista, con los panqueques.

Lo salado

Por supuesto que cada quien es dueño de armar su propio menú. En un almuerzo relajado, donde después la única preocupación es pensar la mejor manera de hacer la digestión, una opción puede ser comenzar con un panqueque salado y como postre uno dulce. Si hay más de un comensal dispuesto a degustar, en los salados se pueden pedir dos y comer una mitad cada uno.
Recomendables: El 131, panqueque de corazón de alcaucil, berenjenas, aceitunas negras y crema. También se luce el de queso roquefort, ananá y jamón crudo de buen color y que se nota fresco. En el 102, dedicado al jugador de volley Hugo Conte, puede sentirse el roquefort, el crujir de la panceta, la palta y los trozos de nuez. En el 159, en cambio puede sentirse como la mezcla del atún y la cebolla se deglute en la boca y sin empalagar.

Lo dulce
El panqueque de frutos del bosque, salsa de frambuesa y helado de crema ofrece frescura. El de bocha de helado de chocolate, mousse de chocolate, banana, crema y empolvoreado con coco rallado no es recomendable para una sola persona, o más bien para alguien osado, arriesgando padecer una lenta digestión en las horas siguientes, pero con el deber de haber cumplido la misión de saborear semejante bocado.
El ya mencionado “Che Guevara” de manzana acaramelada es especial para los que gustan de esta fruta en este estado de la química gastronómica.


Recientemente, en junio de este año Matias Martin, Gabriel Schultz y Cabito en el programa de radio “Basta de Todo” (Metro 95.1) le realizaron una jugosa entrevista a Carlitos. Allí quedó refrendada su generosidad. Le preguntaron cuantos hijos tenía. Y Carlitos respondió que varios, pero no solo biológicos, también hijos de la vida, gente que él los quiere como hijos. Así quedo evidenciado en el restaurante, cuando se solicitaba la presencia de Carlitos, uno de los camareros, a viva voz dirigiéndose hacia la cocina lo llamaba: Papaaaá!!!!
También hubo comentarios acerca de los comienzos, las andanzas por Villa Gesell (donde mejor se lo conoce) y de cómo perdió el mítico nombre de “Carlitos el Rey del Panqueque” en manos de hermanos y algunos hijos, por lo cual tuvo que comenzar con el actual nombre de “El Amanecer de Carlitos y sus Hijos”.

Enseguida comenzaron a llamar oyentes, desde quienes decían que iban siempre a este lugar y los que iban a otros locales, preguntando si tal negocio era de él o no. Incluso se comunicaron los Auténticos Decadentes, asiduos clientes, al igual que Los Piojos, entre otros.

Aunque “El Amanecer de Carlitos y sus Hijos” tiene varias sucursales, sin duda que con un hábil empresario para los negocios y un buen poder financiero detrás, se transformaría en un gran emporio internacional. Posee las mejores condiciones, donde la clientela y la calidad del producto están aseguradas.




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6 comentarios:

Alicia's Own dijo...

Qué post más completo, interesante y delicioso!

Me encantó! Me diste hambre, cuando vuelva a Argentina, espero tener tiempo para pasar!

El local de la primera foto dónde es? Parece la sucursal Quilmes.

Besos!

aumax dijo...

NO, no es Quilmes. Es este local que esta en Vicente Lopez, frente al Carrefour. Cuando vuelvas preguntame y te indico, o vamos todos, jaja
Saludos, Damian

Wra5 dijo...

He pasado varias veces y nuca pare a conocer , desde ya lo agendo para ir a probar algo muy rico saludos

aumax dijo...

Estimado wra5 vale la pena, si.
Saludos, y gracias por entrar al blog.
Damian

panqueques dijo...

Hola: Queremos contarte que esta nota sera publicada proximamente en la pagina oficial de El amanecer de Carlitos y sus Hijos.

¡Muchas gracias!

aumax dijo...

Ah que bueno, muchas gracias!! y aguardo la publicacion.

Saludos, Damian