AGOSTO 200 5
Frattini
busca información para escribir un libro sobre la CIA, pero
los informes desclasificados le conducen a "la Entidad", el
nombre clave que recibe el servicio de espionaje vaticano o
Santa Alianza. A partir de una intensa investigación, el
autor escribe un ensayo totalmente documentado, La Santa
Alianza, que prueba los crímenes cometidos por el Vaticano a
través de su brazo ejecutor, desde 1566 a la actualidad.
Texto: Marta
Iglesias / Fotos: Angel Colina
ERIC FRATTINI
Escritor, periodista e investigador
- El gran
secreto vaticano –
-¿Cuándo se fundó la Santa Alianza y con qué
objetivo?
-La Santa Alianza se crea en el año 1566 por orden del
papa Pío V y se funda realmente como una unidad de asesinos
para matar a Isabel de Inglaterra, que era protestante y
devolver a Inglaterra el catolicismo a través de María
Estuardo, la reina de Escocia. Todo ello con dinero de
Felipe II, que era quien pagaba la creación de la Santa
Alianza.
-¿Lo que usted cuenta ha estado oculto a
través de los siglos o siempre ha estado delante y nunca se
ha querido mirar?
-Una parte ha estado oculta, otra había que preocuparse
de rascar un poco para encontrar más información y una
tercera se ha publicado directamente en documentos oficiales
y lo único que había que hacer era rebuscar entre archivos
oficiales de muchos países para encontrarlos.
-Entre todo lo investigado, ¿cuál considera
el hecho más grave llevado a cabo por la Santa Alianza?
-Personalmente me sorprendió la Operación Pez
Volador. Se montó durante el pontificado de Juan Pablo
II y consistió en la venta de misiles Exocet a la dictadura
argentina, que se utilizaron en la Guerra de las Malvinas.
La dictadura argentina pagó esos misiles a la compañía
Bellatrix, con sede en Panamá. Yo conseguí el
certificado firmado por Paul Marcinkus -jefe de la Banca
Vaticana-, donde reconoce que el Banco Vaticano es
propietario del 58% de Bellatrix. El dinero de los
misiles fue utilizado posteriormente por el cardenal Luigi
Poggi -que era el jefe del espionaje vaticano durante el
pontificado de Juan Pablo II- para financiar al Sindicato
Solidaridad y a Lech Walesa. Y operaciones como ésta han
hecho muchísimas.
-¿Qué grupos terroristas y dictadores
sudamericanos financió el Vaticano, a través de sus
servicios de espionaje, como afirma en su libro?
-El dinero vaticano ha financiado la dictadura
argentina, la dictadura de Somoza, la dictadura de Duvalier
en Haití o la dictadura salvadoreña, entre otras. Este tipo
de operaciones se dan principalmente en la década de los 80,
cuando sube Reagan al poder y la Santa Alianza se hace más
activa con el apoyo de la CIA.
-¿Cuál ha sido el momento histórico en el
que la Santa Alianza ha estado más activa?
-Con el papa Pío XII fue muy activa. Hay que recordar
que la Santa Alianza creó después del año 45 una
organización que se llamó el "Pasillo Vaticano" -la
Operación Convento- que fue una operación creada por el
espionaje vaticano para ayudar a escapar a los criminales de
guerra nazis hacia Sudamérica. Ahí ayudaron a escapar a Hans
Fischböck, el general de las SS; a Adolf Eichmann, máximo
responsable de la llamada "Solución Final", por la que se
exterminarían todos los judíos de Europa; a Josef Mengele,
el médico de Auschwitz... Ayudaron a escapar a muchísima
gente y yo lo certifico con documentos encontrados.
"El Estado Vaticano no
tiene ley de desclasificación, no es nada
democrático y todavía no ha suspendido la pena
de muerte dentro de su Constitución" |
-Otro de los momentos más fructíferos de
esta organización es durante el pontificado de Juan Pablo
II. ¿Qué acciones concretas se llevaron a cabo durante
aquellos años?
-Toda la creación del entramado financiero del Vaticano,
que después resultó ser una estafa y provocó quiebras
bancarias en varios bancos de Italia, Perú, México. Publico
un documento en el libro donde aparece la Bellatrix
pero también toda una serie de compañías fantasma montadas
por el Vaticano para blanquear dinero de la Mafia. Porque se
blanqueó dinero del crimen organizado y del tráfico de
drogas a través de sociedades financieras del Vaticano.
Paralelamente, la Santa Alianza fue muy activa durante el
Pontificado de Juan Pablo II en la lucha contra la Teología
de la Liberación, contra los curas centroamericanos:
Leonardo Boff y los grandes sacerdotes de la Teología de la
Liberación fueron muy perseguidos, con la ayuda de la CIA.
Ese es otro capítulo oscuro que tiene la Iglesia católica.
-Aparece también en su libro el Sodalitium
Pianum, ¿qué es y qué función tiene en el Vaticano?
-El Sodalitium Pianum -más conocido como SP- se organizó
primero como una unidad de contraespionaje. Es decir, la
Santa Alianza solamente actúa fuera de las murallas del
Vaticano, en el extranjero, y el SP sólo lo hace dentro.
Esta organización fue fundada a principios del siglo XX como
una forma de perseguir a todos aquellos curas progresistas
que querían una apertura de la Iglesia. Pero descubrieron
que el SP recopilaba más información de la que necesitaban y
al final se terminó oficializando y convirtiéndose en el
contraespionaje vaticano, que todavía sigue actuando. El SP
fue muy activo durante el Pontificado de Pablo VI
descubriendo a espías del KGB dentro de la Iglesia católica
del Vaticano, fueron los que se dieron cuenta de que el
secretario del propio Pablo VI era un espía del KGB.
-¿Quiénes forman parte actualmente de la
Santa Alianza y del SP?
-Todos son religiosos, hay muy pocos laicos. En realidad
en todos los documentos que he leído sobre la Santa Alianza
sólo figuran religiosos. La selección es por orden
pontificia, y violar el secreto de operaciones de la Santa
Alianza y del SP conduce a la excomunión. Así que los
sacerdotes de la Santa Alianza que quieran seguir siéndolo,
nunca dirán absolutamente nada.
-¿Todos los religiosos saben que existen la
Santa Alianza y el SP?
-Todos los papas, cardenales y altos cargos sí lo saben.
Forma parte del entramado de poder del Vaticano. Pero hay
muchos religiosos que lo desconocen, aunque a muchos no les
interesa leer historia. Piensa que el Estado Vaticano no
tiene ley de desclasificación, no es nada democrático -yo
elijo a un grupo de ministros que no cesan, y cuando yo me
muero deciden a mi sucesor entre ellos mismos-, es un Estado
que todavía no ha suspendido la pena de muerte dentro de su
Constitución y de hecho las últimas gentes que mataron
fueron en 1870. Dime qué jefe de Estado se puede permitir el
lujo de levantarle el dedo a un jefe de Gobierno como en el
caso de Zapatero, recriminándole por haber apoyado los
matrimonios entre homosexuales. Pues eso es una cuestión que
todos los jefes de gobierno le permiten al Papa. Esto no
tiene ningún sentido, y más cuando somos un estado laico.
-¿Quién es actualmente el arzobispo
responsable de los servicios de espionaje y contraespionaje
vaticanos?
-Luigi Poggi es el último jefe del espionaje vaticano
conocido, porque tuvo una función muy pública, como las
relaciones con el Mossad israelí. Pero en la actualidad es
difícil saberlo. En algún sitio he leído que es el español
Pedro López Quintana, pero yo no lo creo porque actualmente
está de nuncio en Delhi.
-¿La función y las actividades de la Santa
Alianza dependen del Papa que dirija la Iglesia en ese
momento?
-Sí. Ha habido 41 papas desde la fundación de la Santa
Alianza. El único del que no he descubierto absolutamente
nada es de Juan XXIII, al que llamaban "el Papa bueno". Y
parece ser que se debe a que ordenó que se paralizasen todas
intervenciones de la Santa Alianza y del SP.
-A la Santa Alianza no le interesaba la
elección de un papa progresista tras la muerte de Juan Pablo
II. ¿Pudieron influir en la decisión del cónclave de elegir
a Ratzinger?
-No han intervenido en la decisión, pero la elección de
Benedicto XVI fue la mejor para ellos. El cardenal
Ratzinger, cuando era Prefecto para la Congregación de la
Doctrina de la Fe o Inquisición, utilizó a muchos agentes de
la Santa Alianza para recopilar información de posibles
núcleos contrarios o a favor de la Teología de la Liberación
en América Latina para informarle. Hizo que la Santa Alianza
fuese muy activa y permite dar continuidad a las operaciones
y el presupuesto.
-¿Cuáles considera que serán las labores de
estos grupos tras el nombramiento de Benedicto XVI?
-Una de las últimas preocupaciones del espionaje
vaticano es Irak porque empiezan a quemar iglesias
católicas. Y es que la Santa Alianza busca defender los
intereses de la Iglesia católica en el país donde realizan
las operaciones: fieles, inversión, dinero, financiación al
gobierno en cuestión, siempre y cuando ayude a la iglesia
católica... Se trata de buscar gobiernos cómodos y
confortables para la Iglesia. Yo entiendo que el gobierno de
José Mª Aznar era un gobierno mucho más cómodo que el de
Zapatero, que es una persona más molesta para ellos.
-¿Cómo se entiende que una Iglesia que
pregona un mensaje de amor, paralelamente -como aseguras en
tu libro-, es capaz de asesinar, financiar dictadores,
etc...?
-Esto es como Estados Unidos: se vende como el gran
defensor de la libertad y luego tienen a la CIA. Es una cosa
que se llama poder y el poder de la información lo es todo,
y la Iglesia católica lo necesita para seguir manteniendo el
poder. La propia red montada por la Iglesia ya es una fuente
de información. Los curas hacen un informe diario que
remiten a su inmediato superior dentro de la provincia donde
estén. Esos informes terminan en la Nunciatura, que los
envía al Vaticano y allí esa información va al Dicasterio
encargado de las misiones. Y en esa información hay de todo:
desde la pérdida de fieles en la parroquia de La Paz en
Bolivia, hasta movimientos de guerrillas de las FARC en la
zona cerca de Cartagena de Indias. Es una fuente de
información brutal y la utilizan porque saben cómo hacerlo.
-Considerando que Pío V fundó la Santa
Alianza y fue santificado años después, ¿qué se puede decir
de los santos católicos?
-Pues que hay algunos que no me merecen mucho respeto.
Por ejemplo tampoco me causaría mucho respeto que nombrasen
santo a Juan Pablo II, un Papa muy intervencionista con
respecto a la utilización del servicio de espionaje
vaticano, muy duro en la utilización del servicio de
espionaje, y muy inmovilista con respecto a la Iglesia
católica. Personalmente no creo que sea un Papa para nombrar
santo, máxime cuando hay casos como el de Juan XXIII.
"No me causaría mucho
respeto que nombrasen santo a Juan Pablo II, un
Papa intervencionista, muy duro en la
utilización del servicio de espionaje, y muy
inmovilista con respecto a la Iglesia católica" |
-¿Cómo afecta a la Iglesia católica la
publicación de libros como El Código Da Vinci, Assassini o
el suyo, con todo lo que muestran a la luz pública?
-La Iglesia católica tiene una gran estrategia: no
reaccionar. Llevan dos mil años sin hacerlo y eso les ha
permitido sobrevivir. En mi caso van a intentar que el libro
se muera con el paso del tiempo para evitar que se siga
hablando de él, porque si el nuncio vaticano en España
hablase de él vendería más.
-¿Quién le gustaría que leyese su libro?
-Este libro lo pueden leer los lectores a los que les
guste la historia de los pontificados, porque hablo desde
Pío V hasta Benedicto XVI. Tiene que leerlo la gente a la
que le interese la historia reciente de Europa porque muchos
acontecimientos están relacionados con la Santa Alianza,
como la creación de Holanda, la Armada Invencible, el
asesinato de Enrique IV de Francia, o el intento de
asesinato de Isabel de Inglaterra y la restauración del
trono católico con María Estuardo. Cuento el papel de
intervención de la Santa Alianza en la guerra
hispanoamericana por Cuba, o en la Segunda Guerra Mundial y
el fin de la misma, cuando crearon el "Pasillo Vaticano"
para ayudar a escapar a los criminales de guerra nazis. El
libro también te lo puedes leer como si fuera una novela, lo
que pasa es que los personajes y las acciones son reales.
-¿Es consciente de que muchos católicos
creerán, tras esta entrevista, que usted desvaría?
-Eso es como todo. Piensa en Claudia Rosett la
periodista del Wall Street Journal, cuando empezó a sacar
las primeras informaciones acusando a la ONU de que se
estaba enriqueciendo con el programa Petróleo por Alimentos.
Lo primero que le dijeron es que era una mentirosa y que
estaba manipulando la información. A mí me han llegado a
decir que he escrito una novelucha anticatólica, que formo
parte de la conspiración del gobierno socialista contra la
Iglesia católica... Descalificaciones que provienen de lo
que yo llamo sectores talibanes católicos. Luego ha habido
sectores católicos que han leído el libro y, aunque no les
ha gustado, sí me han dicho que está muy bien documentado. ∆
Otros libros del autor: Irak, el
Estado incierto (Espasa), Secretos vaticanos (Edaf), Mafia,
S.A. 100 años de Cosa Nostra (Espasa),
Osama Bin Laden, la espada de Alá (La Esfera de los Libros) |