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Thursday, August 04, 2005

El desastre del Bosque de Teutoburg PARTE IV : La Revancha

GERMANICUS



Era Germanicus un joven comandante que poseía un impresionante linaje familiar. Nieto de Marco Antonio ( el celebre amante de Cleopatra ) hijo de Druso Germanico (ex general victorioso en el territorio de la actual Alemania en las primeras incursiones romanas ) sobrino e hijo adoptivo del emperador Tiberius y hermano del futuro emperador Claudio.

Su ascendía entre los legionarios había llegado a tal punto que estos rudos soldados habían adoptado a su pequeño hijo como engreído de la tropa, de modo que vivía con ellos y hasta calzaba unas pequeñas botas militares llamadas caligae . Este niño andando los tiempos sería emperador, y su apodo derivado del calzado se haría celebre : botitas, en latín Caligula.

Germanicus había sabido ganarse el respeto y el cariño de sus hombres cumpliendose con él las viejas maximas de los grandes generales como Cesar, Napoleón, Carlo Magno, o Rommel, es decir le tienen fé, le obedecen, lo respetan y lo admiran.

También se cuenta que era de los que le gustaba debatir en asambleas con sus oficiales y algunos soldados distinguidos, siendo su oratoria inteligente y ponderada.Sin embargo por influencia y por ser patricio, Germanicus se acercaba peligrosamente a las esferas de poder, dicen que esa fue una de las principales razones por las que Tiberio, el emperador, decidió enviarlo a una empresa imposible : Castigar a los germanos, recuperar las aguilas perdidas, asegurar la frontera.

Es asi que el año 14 después de Cristo, Germanicus Cesar se puso en camino hacia el Rhin. A su lado marchaba un oficial veterano en guerras germanas, y que sería de mucha utilidad: Aulus Caecina Severus, conocido simplemente como Caecina.

CAMPANA DE REVANCHA ANO 14 dC.


Debido precisamente a que esta era más una campana de castigo y ya no tanto una de conquista, los romanos tuvieron el acierto de no llevar más civiles de los estrictamente indispensables. 4 legiones, 1500 hombres de caballería y 10 mil auxiliares ingresaron por sorpresa en el territorio de los Marsos, aliados de Arminius, que habían tomado parte en la batalla de Teutoburg.

Gemanicus no perdió tiempo en su avance y decidió tomar cumplida venganza por el desastre de Varus. Dividió su ejercito en cuatro columnas y ordenó la quema de varios campos alrededor del centro del territorio donde se encontraban sus enemigos. Cabalgando con sus tropas el mismo general romano dirigió la matanza, los sorprendidos Marsos tuvieron apenas tiempo para despachar algunos emisarios en busca de Arminius y sus aliados.



A fuego espada y arpón, las legiones aplastaron la débil resistencia y destrozaron a los que intentaron resistir. La caballería también intervino en la masacre, asesinando a todo hombre mujer o niño que encontraron y que no les era útil para esclavizarlo o exhibirlo en la caravana de triunfo.

Una gran parte de esta tribu fue de exterminada de una forma tan completa que nunca más los Marsos tuvieron en la historia mención o participación significativa. Sin embargo algunos lograron escapar.

Después de esta acción, Germanicus tomó la determinación de regresar a sus cuarteles de invierno. Sobre los cadáveres ensangrentados y calcinados del asentamiento principal de la valerosa tribu Marsi, el jefe romano llegó a la conclusión que una parte de la venganza ya estaba satisfecha.

Enterado de la incursión, Arminius convocó inmediatamente a los alemanes para hacer frente a esta nueva agresión romana. Sin embargo los refuerzos enviados para atacar a Germanicus sólo pudieron entablar escaramuzas de poca importancia.

SEGUNDA CAMPANA DE REVANCHA ANO 15 dC

Esta vez sin embargo la campana ya no sería tan fácil. Varias naciones germanas se levantaba nuevamente en armas excepto los Marcomanos y algunas tribus que habían decidido ser fieles al poderío romano y combatían con ellos como auxiliares.

Sucede que Maroboudo rey de los Marcomanos había firmado la paz con Tiberius. Sin embargo Arminius le urgía a unirse a la rebelión. Incluso envió a Maroboudo la cabeza de Varus en una canasta para demostrarle cuan vulnerables eran los romanos ante un pueblo unido. Sin embargo los Marcomanos mantuvieron su neutralidad.

Esa desunión entre los belicosos bárbaros les costaría muy caro. Arminius se veía obligado prácticamente a hacer una guerra de guerrillas o intentar montar emboscadas en vez de decidir una sola gran batalla .Los romanos por su parte tomaban todas las previsiones para evitar una situación parecida a la de Teutoburg, aunque el terreno lleno de arboles y bosques se prestaba para este tipo de emboscadas.

Para la segunda incursión Germanicus decidió dividir su ejército en dos columnas, dándole el mando de la segunda formación a Caesina.Se encaminaron entonces hacia el país de los Chattis esperando que los germanos mostraran la misma desorganización que mostraron para la defensa de los Marsos.

Caesina por su parte fue enviado a hacer frente a cualquier embestida de los fieros queruscos mediante acciones ofensivas y defensivas. Sin embargo un jefe capaz y despiadado como Arminius no iba a quedarse quieto. Dándose cuenta que las legiones difícilmente se dejarían atraer a una gran emboscada por segunda vez, comenzó a atacar a los aliados Germanos de Roma, comenzando por su suegro Segestes.

Como lo había previsto Arminius, el padre de su esposa llamó a los romanos en su ayuda. Esta acción permitió distraer la atención de Germanicus quién se encontraba intentando cazar a los Chattis, tribu que lejos de dar batalla abiertamente, decidió evacuar sus asentamientos y replicar con acciones de guerrilla, evitando de esta manera la suerte de los Marsos.

Sin embargo Germanicus consiguió caer sobre los queruscos e incluso capturó a la esposa de Arminius y a su pequeño hijo gracias a información y traición de su padre Segestes.En este punto se nota la decadencia moral de los romanos. Debido que no lograban derrotar al gran líder germano, decidieron vengarse con su familia. Esposa ( de quién se decía que estaba embarazada por segunda vez ) e hijo fueron enviados a Roma para ser exhibidos como animales encadenados en el triunfo que se le tributaría a Germanicus en su regreso.

Caecina por su parte cayó nuevamente sobre los Marsos que quedaban, atacándolos una y otra vez.Reunidos de nuevo Germanicus y Caecina eligieron castigar esta vez a los Bructeris, así que marcharon siempre en orden de batalla, previendo cuidadosamente cualquier ataque sorpresa y tomando las máximas seguridades.

Asi dispuestas las cosas, se abrieron paso lentamente por los bosques alemanes. Cuidadosamente avanzaron enviando sus espías y cuerpos de vanguardia hasta que encontraron un claro en el Saltus Teutuborgensis, el lugubre bosque de Teutoburg sembrado de osamentas, armas y restos de batalla.

Un doloroso y pensativo silencio se esparció entre los legionarios al reconocer lo que quedaba de la expedición de Varus :
En el centro del campo blanqueabanse los huesos de los hombres en el orden en el que habían caído, según si habían huído o combatido, algunos apilados en montones y otros tirados por doquier. Cerca habían regados fragmentos de armas y miembros de caballos, así como cabezas humanas clavadas en los arboles. En las tumbas adyacentes habían bárbaros altares, donde habían sido sacrificados los tribunos y los centuriones de alto rango. Algunos sobrevivientes del desastre que escaparon de la batalla y de caer prisioneros, nos señalaban donde cayeron los oficiales, donde fueron capturadas las aquilae (Aguilas) donde el legatus ( legado ) Varus fue herido por primera vez, y donde encontró finalmente la muerte al quitarse la vida con su propia mano.
From Cornelius Tacitus, "The Annals", Book 1:61

Se cuenta que Germanicus permaneció silencioso largo tiempo. Algo claro sin embargo quedo en el ánimo de los romanos mientras rendían honores y enterraban a sus compañeros caídos : a menos que fuera estrictamente necesario o directamente ordenado, no tomarían prisioneros.

A pesar de las profundas incursiones imperiales en gran parte del territorio germano, el elusivo Arminius se las arreglaba para adoptar la clásica táctica de golpear y escapar, evitando las grandes confrontaciones. Ello no significaba que no fuera capaz de dar grandes batallas, en una ocasión emboscó a la caballería de una manera tan contundente que de no haber sido por un rápido contraataque dirigido por Germanicus, este cuerpo hubiera sido aniquilado.

Sin embargo la campaña, contra los bructeris resultaba una empresa decepcionante. Las vías de aprovisionamiento eran atacadas constantemente teniendo que utilizar los romanos vías fluviales o marítimas. En este esfuerzo Caecina se separó y destinó a parte de sus hombres a la reparación de caminos y algunos puentes. Sin embargo estando en estos trabajos, Arminius atacó violentamente.

El líder germano era sin duda un general hábil, golpeo por sorpresa con gran fuerza y causo sensibles bajas en las filas enemigas. Sin embargo Aulus Caecina había tomado las previsiones necesarias. A pesar de las bajas pudo soportar el ataque y reagruparse detrás de un campo fortificado.

En este punto vuelven entonces las rivalidades internas que harían de la germanía un país vulnerable a los abusos del imperium. Sucedió que Inguiomerus, tio de Arminius convenció a los germanos para atacar inmediatamente de manera que pudieran tomar intacto el botín.

Arminius pidió esperar, asediar y provocar una respuesta romana para que salieran de sus empalizadas y luego poder aplastarlos de la misma manera que se hizo con Varus. Inguiomerus entonces peleaba por el botín y la gloria, Arminius por la libertad de su nación. Los germanos decidieron seguir al primero y cometieron un error.

Caecina vió entonces la oportunidad de salvarse a pesar de que estaba a punto de ser derrotado. Primero soportó todos los asaltos desde su fuerte. Luego cuando el ataque germano aflojó, desencadenó un potente contraataque que repelió duramente a sus rivales, causándoles cuantiosas bajas, y permitiéndole además retirarse con toda tranquilidad en busca de Germanicus.

El mismo Inguiomerus cayó herido en el combate. A pesar de la derrota, los germanos siguieron con sus rencillas internas. Sin embargo el mar del norte vengaría a los germanos. Una violenta tempestad hizo un daño enorme en la flota romana causando una buena cantidad de bajas, hecho que a la larga provocaría la cancelación de la campaña. Germanicus se retiró a sus cuarteles de invierno.

CAMPAÑA DE REVANCHA AÑO 16 dC.

Para el año 16 dC Germanicus se había dado cuenta que el eje sobre el cual giraba la alianza germanica eran los queruscos. Si les ocasionaban una gran derrota podían luego regresar para arreglar cuentas con los escurridizos bructeris, divertirse exterminando a los sobrevivientes Marsos y atacar a los Chattis y demás enemigos .

Es así que las legiones se dirigieron hacia las tierras de los queruscos y sus aliados Chattis, atravesaron la actual holanda por Arnhem y luego se encaminaron hacia el rio Wesser.
Su incursión los había llevado hasta el mismo corazón de la patria de Arminius. Allí los esperaban los germanos.

LA BATALLA DE IDISTAVISO.


Ocho legiones romanas comandadas por Germanicus y por oficiales que conocían la manera de combatir de Arminius, esperaban este momento, es decir la oportunidad de pelear en campo abierto, ejercito contra ejercito.

Arminius sentía muy probablemente la presión de los aguerridos jefes germanos por dar una batalla definitiva. Su especialidad era la emboscada, la sorpresa, el desgaste, y en ello había tenido bastante éxito, sin embargo su forma de luchar no era necesariamente compatible con el carácter belicoso de los hombres de su raza.

Es así que tuvo que alinear a sus guerreros calculados en 50 mil y ordenados en tribus con distintos jefes según procedencia. Evidentemente esto no favorecia un comando centralizado. Podían rodear y atacar sin cesar en un terreno que no permitiera al rival capacidad de maniobra como en Teutoburg, pero enfrentar pecho a pecho en campo abierto a la legión, era casi una locura y Arminius lo comprendía así.

La fuerza romana calculada en no menos de 28 mil hombres contaba también con 30 mil auxiliares y 6 mil hombres de caballería incluidos en la cuenta total. Los auxiliares eran los aliados de todas partes del imperium, que normalmente eran enviados a combatir por delante, para que recibieran todo el ímpetu del primer ataque, permitieran calcular el poder del enemigo y sufrieran el mayor número de bajas sin arriesgar vidas romanas.

Arminius desplegó a su gente de modo que pudiera minimizar las ventajas enemigas, poniéndose lo más cerca posible a los bosques, ocupando algunas colinas y colocándose a la derecha del rio Wesser. Lo angosto del campo daría pocas posibilidades a la caballería.

Germanicus por su parte desplegó a los auxiliares y aliados germanos al frente, (entre los cuales
estaba un hemano de Arminius), seguidos de sus equipos de exploradores, luego sus legiones y finalmente su propio cuerpo de praetorians (pretorianos).

La batalla debe haber empezado de la forma clásica, con el lanzamiento de “salvas” de flechas arrojadas por los arqueros, muchas de las cuales en estaban dotadas con sustancias inflamables y trapos en llamas. Luego se acercaron los auxiliares desplegando su infantería ligera y sus arqueros a caballo, quienes en rápidas incursiones atacaban las rugientes filas germanas.

Los bárbaros no pudieron soportar la provocación romana y se lanzaron hacia delante atacando a los auxiliares en el flanco derecho, quienes les dieron una terrible pelea.
Cuando estos cuerpos comenzaron a ceder terreno ante la furiosa arremetida germana, la caballería pesada imperial asaltó el flanco de sus enemigos causando enormes bajas y rechazando la embestida.

En el ala izquierda los germanos también se lanzaron a la ofensiva, pero los auxiliares y aliados alemanes consiguieron frenar a duras penas a los bárbaros. En ese momento los queruscos que ocupaban el centro se lanzaron hacia delante con Arminius a la cabeza, con un ímpetu tan arrollador que partieron la formación auxiliar, barrieron a las tropas de vanguardia y chocaron terriblemente con los legionarios.

Sin embargo los arpones las lanzas y las flechas cayeron sobre los germanos antes del choque, sin que esto frenara su carga. La lucha con los legionarios profesionales del ejército regular fue cruenta y feroz, así como los germanos hicieron gala de su conocido coraje y determinación, los romanos hicieron valer la disciplina que los hizo mundialmente famosos, en general, ambos eran rivales que morirían en su puesto.

Sin embargo la caballería pesada imperial que venía de vencer en el ala derecha cayo sobre la retaguardia de los queruscos causando un desastre. Paso a paso la legión comenzó a hacer pedazos la ofensiva germana. El mismo Arminius fue reconocido y herido por algunos auxiliares germanos que luchaban por Roma, sin embargo en medio de la masacre logró escapar con buena parte de sus hombres hacia los bosques.

Germanicus con la espada en la mano cabalgaba entre sus hombres repitiendo a gritos la misma orden ”¡!No tomen prisioneros, no tomen prisioneros ¡!”Muchos indefensos fugitivos que se lanzaron al rio Wesser fueron arponeados o flechados por escuadrones legionarios y una enorme proporción fue masacrada.

Sin embargo la orden se cumplía con excepciones. Como era tradición se tomaron prisioneros para exhibirlos en el corso del triunfo romanorum. Las características de los cautivos debían ser especiales, un albino, un jefe principal, los hijos de un rey, un jorobado, un bárbaro con una enfermedad monstruosa, soldados con una corpulencia sobresaliente, muy altos o muy enanos, un general, y unos cientos de guerreros para cargadores, trabajadores de minas, remadores en galeras o gladiatores. Las mujeres jóvenes o vírgenes podían servir como esclavas sexuales o de servicio o ambas cosas.

Todo el resto que cayo en manos de los romanos fue asesinado. Sin embargo Arminius que con los hechos había probado que su concepción de la guerra de guerrillas con oportunas emboscadas era la correcta, pudo huir y seguir luchando por la libertad de los deutches.

Debido a que el peso de la batalla fue asumida por los auxiliares, las legiones recibieron muy pocas bajas. Los romanos siguieron avanzando y llegaron hasta la frontera entre los queruscos y los Angrivariis, donde aparentemente Arminius y su gente fueron alcanzados. Se desarrolló un combate donde el impetuoso Inguiomerus cayó luchando a pesar de que los queruscos se atrincheraron en una fortificación. Nuevamente los romanos hicieron pesar su experiencia en los asedios al hacer uso de maquinas de asalto como plataformas y catapultas, con lo que derrotaron a los germanos.

Sin embargo Arminius no fue capturado y la guerra continuaba.

EL FINAL

Después de Idistaviso y viendo la derrota de los queruscos y los marsos, y en menor parte los Chattis y los bructeris, los Angrivaris y otras tribus ofrecieron su sumisión a Roma.

No obstante Germanicus todavía no había causado una derrota definitiva a los germanos. Si bien había conseguido vencer en algunas batallas, también había tenido victorias poco brillantes como la de Caecina sobre Inguiomerus, que más que nada fue una maniobra espectacular de último minuto que les permitió una retirada con sabor a triunfo, pero retirada al fin, porque estuvieron a punto de ser hechos pedazos. La victoria se les escapó a los alemanes de entre los dedos.

Arminius tampoco había sido capturado, sus tácticas habían demostrado ser muy peligrosas para Roma, no sólo en el plano militar, sino también económicamente. La guerra demostró que podía alargarse indefinidamente con resultados imprevisibles como había sucedido con las legiones de Varus. Los fuertes al otro lado del Rhin demostraron ser poco seguros, ninguno había sobrevivido a la embestida germana y la guerra estaba siendo muy costosa para el imperium.

Por otro lado una de las aquilae, la de la legio XIX, pudo ser recuperada por Germanicus. Era también muy importante que las disputas entre los germanos se mantuvieran. La presencia del poderío romano podía unir a los germanos contra el imperio con consecuencias catastróficas si se tiene en cuenta que por ejemplo ni los marcomanos ni los Angrivaris tomaron parte por Arminius de forma definitiva, y aún así el resto de las tribus se dieron maña para destrozar las legiones de Varus y clavar las fronteras en el Rhin casi para el resto de la historia.
Una frontera entre el mundo latino y germano que subsiste hasta nuestros días.

Finalmente Germanicus se estaba haciendo anormalmente popular entre sus tropas. Tiberius ya había sido advertido de los grandiosos planes de su comandante para el año proximo, que incluirían golpes contra los bructeris y los chattis, así como el exterminio total de los pocos marsos que hubieran podido sobrevivir. Si Germanicus tenía éxito podía finalmente intentar mediante sus vínculos militares, familiares, y políticos tomar el poder.

Y aunque nada hacía presagiar esta sospecha más allá de una duda razonable, el emperador dio por terminada la campaña germana y ordeno a su joven general el regreso a Roma.A pesar de las protestas de Germanicus la campaña había concluido. El general regreso a casa y fue premiado con un segundo consulado y con el triunfo.

A la cabeza del corso marchaba el general con un esclavo que ceñia sus sienes con una corona de laurel mientras le repetía “recuerda que eres sólo un mortal”. El populacho y la plebe aclamaban al vencedor que saludaba entre las hileras de resonantes trompetas, y redoblantes tambores, mientras sus legiones recibían multitudinario aplauso y mostraban la aquilae recuperada y otros estandartes. Luego llegaban los prisioneros.

Una mujer digna con la rubia cabeza en alto y la mirada orgullosa abrazaba a un niño que lloraba asustado abrazado a su madre, mientras que detrás avanzaban encadenados soldados, mujeres, ancianos y objetos diversos que eran mostrados al público.

Aquella mujer era Thusnelda la esposa de Arminius y el niño su hijo. A pesar de la risa, la curiosidad y el escarnio de aquella gente, la imagen orgullosa y erguida de la germana parecía personificar en el mismo corazón del imperium, la dignidad imbatible de un pueblo que había ganado su libertad.



EPILOGO

En el año 51 dC el general romano Publius Pomponius Secundus se enfrento a los Chattis. Mediante una violenta maniobra consiguió derrotarlos y ponerlos en fuga. Penetró profundamente en territorio enemigo y cayó con su caballería y sus legionarios en una de sus poblaciones principales, dedicándose a las clásicas acciones de quema, saqueo, asesinatos y violación tan típicos de la guerra de todas las épocas.

Sin embargo para sorpresa de las tropas romanas un puñado de viejos con ropas humildes de esclavo se acercaron levantando la manos y pidiendo que no los matasen. Al acercarse un grito salio de sus gargantas ¡! ave cesar imperator ¡! y recibieron a los llegados con el puño a la altura del pecho, el saludo legionario.

Los sorprendentes personajes fueron llevados a presencia del prefecto de caballeria y escritor Caius Plinius Secundus, màs conocido como Plinio "el viejo". Ellos revelaron su identidad. Eran dijeron, los últimos sobrevivientes de las legiones de Varus, los que habían visto todo y habían sido perdonados para esclavizarlos casi cuarenta años atrás.

Plinio los liberó de inmediato y les pidió contar lo que había sucedido. Algunas de sus referencias nos llegaron a través de él y son las que nos describen las torturas de los romanos capturados después de la batalla de Teutoburg.

Una de las aquilae de las legiones de Varus (la XIX) fue recuperada por Germanicus de los bructeris, después de una incursión de la caballería de Lucio Stertonius; otra se recupero en el año 41 (la XVIII) en una incursión contra los Chattis y la otra nunca fue recuperada.

Thusnelda, aquella mujer que había desafiado a su padre, y luego al imperio más poderoso de la tierra por fidelidad a su esposo, desapareció de la historia sin dejar rastro. Probablemente fue ejecutada aunque no sería raro que después de ultrajarla hallan querido esclavizarla, sin
embargo la ausencia de referencias nos acercan más a la versión de su muerte.

El hijo de Arminius creció bajo la sombra de la fama de su padre. Los romanos no perdieron la oportunidad para sacar provecho de ello y lo enviaron al coliseum para que sea adiestrado como gladiator. Su vida por tanto fue miserable y murió según dicen por las heridas causadas en estas lides.

Germanicus murió sólo tres años después de sus campañas, se dice envenenado por orden de Tiberius quién siempre había visto con mucho recelo a su popular comandante. El rumor del asesinato a manos del emperador es tan fuerte que se da por cierto hasta en nuestros días.

Maroboudo, el rey marcomano cuya neutralidad había sido valiosisima para los romanos envió la cabeza de Varus al emperador Augusto (la misma que le había sido enviada por Arminius). Se dice que estaba parcialmente quemada debido a que sus tropas intentaron destruir su cuerpo para evitar la profanación de su cadáver. La cabeza fue enterrada en el mausoleo destinado a la familia del emperador.

Finalmente Arminius el gran lider germano, resentido con los marcomanos por su neutralidad les hizo la guerra y los derrotó. Este hecho por si sólo demuestra como Arminius se había rehecho de sus derrotas contra los romanos e incluso atacaba impunemente a sus aliados en
Germania.

Maroboudo pidió y obtuvo el asilo en Roma al huir de su país. Pero Arminius era ya para los mismos germanos un hombre peligroso. Demasiado tenaz en su intento de unir Alemania bajo su liderazgo, se había ganado muchos enemigos. Sus propios compatriotas queruscos terminaron asesinándolo en medio de una disputa por el poder, pocos años después de las guerras germánicas y su nombre fue parcialmente olvidado.

En 1875 su memoria fue reestablecida, un inmenso monumento fue levantado por orden del famoso canciller Otto Von Bismarck, y allí esta, en Osnabruck, como símbolo de un hombre cuya misión en la vida fue conservar la libertad de su patria y terminó sembrando la semilla de la nación alemana.

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2 Comments:

Blogger Antonio Rangel said...

Muy bueno, lo he leído con facilidad y agrado. Gracias por postearlo.

4:10 AM  
Blogger germanico2 said...

saludos, me gusto porque fue uno de los primeros artículos que dan una idea del desarrollo de la guerra entre los germanos y "las legiones romanas": digo esto porque todas las tribus que se comprometieron de en la lucha lo hicieron de tal manera que hasta sus insectos peleaban contras las legiones, pero para el pueblo romano solo fue una lucha que únicamente debían luchar los legionarios que estaban en Germania, pero el ciudadano común del imperio era indiferente a la suerte de estos legionarios.
Por otro lado quisiera añadir con humildad que leyendo la tetralogia de Artur Balder de Teutoburgo; queda muy claro que el nivel estratégico de Arminio estaba muy por encima de todos los generales que lucharon contra el. En mi opinión Germanico salia corriendo tras cada campaña, por poco Aulus Cecina no termina igual que Varo y al final después que murieran otras decenas de miles de legionarios Tiberio no fue capaz de restablecer o darle una lección a Arminio. Espero que podamos discutir estos temas, y lograr conclusiones "históricas". Buena suerte.

6:07 PM  

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