Ginecomastia, trastornos en las mamas masculinas

Pecho masculino

Al igual que la mayoría de los términos médicos, la palabra ginecomastia tiene su origen en el griego: gynec-femenino y mastos-mama, e indica un desarrollo anormalmente excesivo en el tejido mamario masculino. Aunque el cáncer de mama en hombres es raro, esta condición suele asociarse a la atrofia testicular.

El primero en utilizar el término ginecomastia fue Galeno (II a.C.), aunque se desconoce si llevó a cabo algún método para tratarla. Fue el médico y cirujano bizantino Paulus de Egina (VII d.C.) quien sí lo hizo, describiendo la primera mamoplastia en un varón. Y no solo eso, también tuvo muy en cuenta un factor que hoy en día sigue siendo siendo importantísimo: el factor psicológico.

La ginecomastia, o gigantomastia, es un trastorno muy frecuente. Su aparición se produce durante la pubertad y suele recurrir espontáneamente. Las causas se deben a desequilibrios hormonales entre estrógenos y testosterona.

También pueden padecerla aquellas personas que usan esteroides, como los deportistas que se dedican a levantar pesas, y personas obesas que han perdido peso demasiado rápidamente.

La mamoplastia para reducir el tamaño de las mamas se aconseja a individuos a los que el tratamiento medicamentoso no ha dado resultado, a los que la ginecomastia no ha mejorado espontáneamente y a los que la han padecido durante un largo período de tiempo. Obviamente, las razones estéticas y psicosociales juegan un importante papel y son tenidas muy en cuenta, siendo a veces determinantes a la hora de realizar la intervención.

La finalidad del tratamiento quirúrgico o mamoplastia, consiste en devolver el tamaño normal a los senos del sujeto y corregir las deformidades tanto de la mama como de las areolas y pezones.

Otras opciones quirúrgicas son la liposucción asistida, o bien la utilización de ambos procedimientos. Esta última es la que mejores y más satisfactorios resultados da.

Algunas de las complicaciones que pueden aparecer tras la intervención son:

– Infección.
– Cicatriz dolorosa y abultada.
– Descolgamiento de la piel de las mamas.
– Adormecimiento de la zona.
– Asimetría de las mamas.
– Pezón hundido.
– Pezón necrosado.

Recientemente se ha planteado una nueva forma de intervención para tratar la ginecomastia: la mastectomía subcutánea endoscópica. Tiene las ventajas de que es menos invasiva, no deja cicatriz y su efecto estético es notable.

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1 comentario

  1. Pox dice:

    ¿Y vas y pones la foto de un tío que tiene ese pecho por ir al gimnasio? WTF

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