Los Jefes Autocráticos

Todos cuantos desarrollan su vida laboral como empleados por cuenta ajena (incluso algunos de los… por cuenta propia) han tenido, tienen o tendrán un Jefe. Mientras el sistema de gestión directiva de las empresas y organizaciones continúe apoyándose exclusivamente en la jerarquía de poder, los Jefes seguirán existiendo y desgraciadamente, en la mayoría de los casos, serán un mal ineludible.

Pero… ¿realmente son todos los Jefes un mal ineludible? Pues no. Algunos los hay que son un bien valioso pero tienen otro nombre: Líderes. La diferencia entre ambos es muy sencilla y parte de su propio nombre: el Jefe, jefea y el Líder, lidera. Jefear es el mal arte de mandar mientras que liderar lo es del buen invitar. Es Jefe quien puede y Líder quien quiere, pues el Jefe necesita del poder que le da el cargo tanto como el Líder solo de su propia valía personal.

Una de las principales características que distingue al Jefe es su pertinaz tendencia a que los demás hagan todo a la manera propuesta por él, entendiendo que nunca hay alternativa ni solución mejor. El porqué, cómo, cuándo y dónde de cada acción o tarea no admiten discusión a su entender, pues la imposición es la seña más propia y distintiva de la identidad del Jefe con carácter autocrático.

Los Jefes autocráticos ejercen como el mejor papel secante del talento de los miembros de su equipo y lo que es peor, ello sin saberlo, pues esa no suele ser su voluntad consciente al no ser malas personas de suyo sino malos profesionales de facto. Su gran problema es el miedo atávico y su aversión a ese riesgo que siempre supone que una tarea se realice de manera distinta con objeto de probar su mayor validez. Su exacerbado yoismo se une con la seguridad que albergan de saber siempre más que los demás o en su caso, intentar aparentarlo.

Los Jefes autocráticos desconocen el muy actual concepto de Empoderamiento (Empowerment), esa recomendable práctica directiva que consiste en conferir la necesaria autonomía a sus colaboradores para que decidan por sí mismos en aquellas cuestiones que pertenezcan a su ámbito de responsabilidad y cuya experiencia ganada les capacitará para desarrollarse como mejores profesionales, aportando paulatinamente más valor a su empresa.

¿En cuantas ocasiones nos hemos cruzado con un Jefe Autocrático? Max y Max seguro que, desgraciadamente al menos, en esta original historia

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

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