Una receta sencilla y rápida, tal vez haya otras mejores pero esta destaca por su simplicidad.
Este plato pretende únicamente ser lo que es, unas sencillas lentejas estofadas. No conviene recargarlo con grandes cantidades de chorizo, tocino, lacón, etc. ni añadir especias. El objetivo culinario es descubrir el delicado sabor de las lentejas, no preparar un pote.
Unas rodajas de cebolla y un poco de zanahoria pueden añadir algo de gracia al plato. Unas patatas cortadas en pequeños trozos tambien le dan un aspecto un poco más delicado pero estos añadidos dan demasiado trabajo para el objetivo que perseguimos hoy.
Las lentejas absorben agua y para cocinarlas sin vigilancia hay que ser generosos con la cantidad (de agua). Los cocineros de verdad van echando agua poco a poco (asustando a las lentejas). Como que esto es muy esclavo aquí se explica la receta para NO estar en la cocina.
Esta página se ha preparado "en paralelo" al plato que se presenta, sin trucos, ni retoques, ni red.
Para acompañar a las labores de la cocina se recomienda escuchar música
Ponemos una olla expres en el fuego fuerte y, mientras calienta, echamos el aceite, el ajo (entero o troceado, da igual), el chorizo (se puede poner entero o en rodajitas), el tomate (pelado o no y se puede trocear o no), y las lentejas (estas mejor no trocearlas ni pelarlas).
El ajo y el tomate van a quedar en un estado irreconocible así que no importa si se cortan o no. El chorizo se puede trocear ahora para hacer más "pacífico" el reparto en los platos de los comensales.
Añadimos el agua
y la hoja de laurel
y cerramos la olla.
CUIDADO en la imagen se ve puesta la válvula pero se debe poner un poco más tarde.
Al cabo de unos minutos la temperatura de la olla es suficiente para que sople ligeramente, ponemos la válvula y esperamos a que vuelva a soplar ligeramente.
La válvula de la olla no debe girar solo soplar un poco, es innecesario el exceso de fuego.
Entonces se baja el fuego. Del seis al dos en la cocina eléctrica.
Al cocinar con este tipo de olla a presión solo se necesita calor hasta elevar la presión interna para que el contenido hierva por encima de los 110 o 115 grados. No es necesario tener la válvula girando como un tiovivo, se pierde agua, se pierde el aroma de la comida, se desperdicia energía, y además toda la casa olerá a potingue innecesariamente.
Aproximadamente veinte minutos más tarde tenemos que volver a la cocina a buscar el producto de nuestro trabajo y a terminar el plato.
Apagamos el fuego y enfriamos la olla hasta que se pueda quitar sin riesgo la válvula (el grifo de la fregadera va bien para esto pero lo fundamental es que el fregadero esté vacío para que podamos poner la olla dentro).
Es el momento de añadir sal. No se hace antes porque poner sal antes de cocer aumenta el riesgo de que se nos quemen las lentejas (no sé porqué o si es una leyenda urbana ni lo voy a averiguar ahora).
Se dejan tranquilamente en la cocina reposando hasta la hora de comer (unos veinte minutos o media hora más).
Las dejamos cociendo con la olla tapada pero sin cerrar y a fuego lento otro ratito. En caso de que estén muy secas ponemos agua.
Esto se debe probablemente a que estuvieron demasiado tiempo cociendo, se pasa el cocimiento por la batidora y se convierte el plato en PURE (o en el peor de los casos en sopa).
Si no se puede ver la cocina, llamar a los bomberos.
Si se puede ver y al abrir la olla encontramos un pegote negro en el fondo. Hemos dejado la olla en el fuego fuerte o estuvo cociendo demasiado tiempo.
La próxima vez hay que tener más cuidado.
Pon los restos mayores en la basura y deja en el fondo de la olla un chorro de lejía durante un par de horas para limpiarla.
Hazte un bocadillo.
Las lentejas aportan unos 24 gramos de proteinas por cada 100 gramos de lentejas (en seco) y unas 350 Calorías, las únicas grasas que aporta este plato son las que hayamos puesto nosotros (aceite, chorizo, tocino, lacón, etc.).
Una vez carbonizadas no aportan nutrientes y pueden ser tóxicas, mejor tirarlas.
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