18/7/08

La Embajada

La embajada de Chile en Irlanda limita al frente con la residencia del embajador de la República de Chipre, al lado izquierdo con la legación de Croacia y al lado derecho con la consulta del Doctor Sean Blake.Se emplaza en un acomodado barrio de Dublín, Ballsbridge para más señas, en la zona sur de la ciudad, que, como los entendidos sabrán, es la zona rica de la capital irlandesa. Valga señalar la paradoja, pues Dublín es uno de las pocas urbes –aunque el tinte de “urbe” exagera los límites reales de la ciudad- en que los barrios ricos se ubican en el sur y los barrios más “populares” en la zona norte. Y toda la ensalada dividida por el río Liffie, aunque socialmente la fractura no es tan notoria… pero eso es Dublín y lo que nos convoca ahora es la representación diplomática de Chile.

Características
Ondea la tricolor en los yermos jardines del inmueble. Algo desteñida, la bandera la mayor parte del día se echa al vuelo desplegando todo el esplendor gracias al perenne viento que, a la vez que la peina, seguramente le ha robado los colores dejándola algo opaca. En definitiva el paño debe estar en aquel mástil desde que la embajada abrió el 1 de julio de 2003 y aún nadie se da el trabajo de encargar otra, ya sea a Chile mismamente o algún sastre irlandés. Más sin embargo los ladrillos de la casa mantienen un lustre novedoso, merced de una buena pintura ejecutada tal vez antes del verano. Contrastan ambos estamentos: la vetusta bandera y la limpieza de la pared. La puerta, por su parte, es roja y el timbre sonoro. Eran cerca de las 12:23 cuando apreté ese timbre luego de caminar varias manzanas buscando el 44 de Wellington Road con la ansiada intención de verificar en terreno ciertos rumores sobre el mal actuar de los burocráticos de la embajada chilena en Irlanda.

La Funcionaria
Siempre quise ir a la Embajada de mí país en otro país. Abundan, por ejemplo, en los aeropuertos españoles folletos alusivos a las embajadas del Reino de España en otras naciones: “Sí tienes algún problema no dudes en acudir a tu Embajada”. Yo no tenía ningún problema entre manos, pero quería vivir la experiencia de tocar la puerta metafórica de mi país.
Pero los antecedentes no eran halagüeños.
Dos chilenos que he conocido acá me habían comentado que cierta funcionaria, secretaria del Cónsul y encargada de recibir a las visitas, se mostraba díscola a la hora de solucionar los problemas de los pocos chilenos que se acercaban a la puerta roja. Uno me comentó que no lo habían querido atender, que luego de insistir y comentar su problema –perdida del pasaporte- no quisieron ayudarlo y sólo las gestiones de un familiar amigo de un senador en Chile, allanaron la consecución de dicho documento, no sin antes ganarse el desgano de la funcionaria.
Otro, complicado ante el sistema laboral irlandés, fue a pedir información sobre que hacer y que no hacer dado su precario inglés. No sólo recibió un no como respuesta: “ésta no es una agencia de empleo”, le espetó la mujer y aunque algo protestó, y por tanto algo más le ayudaron, poco más sacó en limpio.
En efecto, fue ella quien me abrió y lo supe en el primer momento en que vi su aspecto, el cual resumía bastante su labor. Era una funcionaria, en Chile y en Irlanda y en cualquier país su trabajo sería ejecutar. No estaba en su escritorio cuando la puerta cedió al impulso de mi brazo y apareció desde una habitación detrás de las escaleras (quizás la cocina). Se sentó en la recepción y me preguntó que quería, hasta ese instante con cierta cordialidad.
-¿Voy a Londres la próxima semana y quiero asegurarme si no tendré problemas para entrar a Inglaterra?
-Pero nosotros no somos los encargados si entras o no a Irlanda, Eso lo ve migración. No sé para que viniste acá. Esto es la embajada.
-Pero yo preguntó por Londres… no por Irlanda.
-Ah! No, niño, no tendrás ningún problema. NO hay inconveniente que yo sepa.
Luego de resolver mi duda (ya sabía que no tendría problemas, pero era la excusa para ir a la Embajada), me preguntó un par de cosas protocolares a las cuales respondí con agrado. Luego me paré y me fui.

120 en Dublín
Según datos de la cancillería de Chile, no llegan a 150 los chilenos residentes en Irlanda. En toda la isla. Y por lo mismo me pregunto cual es la función de la embajada más que allanar el camino a las grandes transacciones comerciales. Eso no lo entendí al salir del 44 Wellington Road, sino que al caminar más al centro y ver a los recurrentes borrachos irlandeses pidiendo céntimos. Me topé con uno que auspició su embriaguez con una botella de vino chileno, 120 de Santa Rita, y concluí que detrás de ese mercado vinoso está la burocracia diplomática. La dubitativa atención de la secretaria del Cónsul, más propia de un servicio privado que uno público y/o estatal, me hace pensar que las Embajadas chilenas deberían ser concesionadas, privadas, pagadas por las empresas que se benefician por esa representación y no por el Estado, ya en su esencia privado. Los 150 ciudadanos chilenos en Dublín poca asesoría tienen...
No queda más que decir que, por lo menos, hay embajada en Dublín.

3 comentarios:

  1. Hoy me ha pasado algo parecido, en el consulado de Brasil en Madrid intento entrar para solicitar información para el visado, y me asalta una empleada de prosegur que además de garantizar la seguridad debe de hacer de filtro. Esta mujer, no funcionaria, posee el poder de permitir la entrada en el consulado convirtiendo éste en un espacio privado cuando debería ser público y además se le ha otorgado un poder que no le corresponde y como todo necio usa de manera despótica; finalmente sólo me he llevado un gran cabreo y el tener que informarme vía internet.

    Un saludo compañero, espero que todo te vaya bien, no dejes de ir al museo de Londres, merece mucho la pena.

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  2. Sn duda pelotudas(os) hay en todas partes, pero me causa indignación que cuando alguien esta afuera no sienta la seguridad de su embajada o consulado y a veces solo por tener el poder
    Mom

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  3. mala onda que sea así! "por lo menos hay embajada en Dublin?" o es como si no existiera ? ;-)

    en otra nota...me encanta el vino 120 de Santa Rita! es muy rico!
    tomas vino alla en Irlanda, o te dedicas a la cerveza como buen Irlandes :P

    cariños desde Canadá

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