Luís Racionero (El arte de escribir) Emoción y placer del acto creador.


[...] el arte debe despertar resonancias en numerosos individuos, lo cual se logra, según Jung, activando arquetipos del subconsciente colectivo. Conforme a esta concepción, artista es todo aquel que habla mediante imágenes primordiales comprensibles intuitivamente por la mayoría de los hombres. Cuando el arte no es comprensible colectivamente y permanece a un nivel personal, entonces es solamente expresión de la neurosis del autor, que, salvo en casos excepcionales, como Kafka, interesa muy poco.
Como debido a la ruptura del canon cultural los críticos se han quedado sin criterios, los verdaderos artistas son eclipsados por una nube de neuróticos que expresan sólo sus incoherentes personalidades, lo cual, aunque útil para ellos, que de esa forma se subliman, es desconcertante y perjudicial para el espectador, a quien tales obras no producen energía emocional, sino sensación de vacío, y, lo que es pero, le hacen creer que no está a la altura necesaria para comprender la <<obra de arte>>. El arte fruto de una obsesión personal es elitista, útil para el autor, pero estéril para la colectividad. Para que el arte desempeñe una función social debe ser transpersonal, captando, resumiendo e intensificando los grandes temas de la sociedad en las condiciones concretas en que vive.


* Luis Racionero (Del paro al ocio)
Luis Racionero (Sobrevivir a un gran amor, seis veces)

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