repartiendo papeo

miércoles, octubre 11, 2006

Excursión Sábado 7 octubre 2006 Inicio de Curso





¿Qué buscas? Es la pregunta que nos haría la realidad, si ésta pudiera hablar, al vernos cómo nos movemos día a día dentro de ella. Es una pregunta que se lanza al corazón que nadie jamás podrá censurar definitivamente. Es extraño que se nos lance una pregunta que no puede responder nada de las cosas, rostros y circunstancias que la generan. El roce, el mero roce con el mundo provoca inevitablemente, tal vez al final del día, un domingo por la tarde o metido en el coche en pleno atasco, esta pregunta.
Esta pregunta es el signo más claro del anhelo y el ansia continua del hombre de ir más allá, siempre más allá de lo que ya ha alcanzado. Sin embargo parece que esta búsqueda continua está condenada a toparse con lo finito y temporal: “Esto es lo que hay”.
En eso consiste la paradoja de la que estamos estructuralmente hechos: no podemos realizarnos, no podemos vivir lo real, lealmente, intensamente si continuamente salta una pregunta que no podemos satisfacer, que estructuralmente esta fuera de nuestro alcance. Una pregunta de infinito para un hombre contingente, finito. Qué paradoja. En la vida importa la familia, la salud, los amigos, el trabajo, el bienestar y siempre dentro salta este anhelo y deseo de algo más, del infinito. La tristeza que se produce en la relación con la persona que más se quiere, porque la relación no está cumplida, porque no soy capaz, porque ella no es capaz. La percepción del infinito, para un hombre que tenga sensibilidad, surge como melancolía. Esta percepción no nace de un fenómeno intelectual, sino que nace de un hambre, de una sed de cosas reales, finitas.


Esta ausencia se convierte en soledad, como una presencia mala que nos acompaña de la mañana a la noche. No podemos olvidarla, dejarla de lado. Aparece siempre. Este deseo, nostalgia o ausencia se presenta como una pesadilla a quien la censura, para quien se come una manzana y cree comerse el mundo. Es decir para quien la razón es su propia medida de las cosas. Para quien ha medido ya todo y no deja espacio al imprevisto.
Hay que encontrar como sea algo o alguien que nos conmueva de nuevo, que nos saque de la estupidez de una vida vuelta sobre sí misma, pensada y repensada hasta el hastío. Es cuestión de vida o muerte. Necesitamos de otro, encontrar un atractivo nuevo. La fe, este encuentro, no es por tanto una suerte que tienen algunos, sino el dinamismo que nos salva. Es una necesidad, porque comprendes que no puedes ser tu mismo sin ponerte en manos de otro. Por eso la vida es de los pobres porque si no lo necesitas no te das cuenta.

Esto es el anuncio que nos hace el cristianismo. Que Cristo, el Dios infinito, se ha hecho compañía cotidiana para el hombre. La Iglesia es esta gran amistad que seguimos como los apóstoles seguían a Jesús. “Yo estaré todos los días con vosotros hasta el fin del mundo”. Esta es el gran milagro de la caridad. Dios, el Infinito, responde a nuestro deseo de Infinito, acompañándonos cotidianamente, con discreción y ternura, en al camino de la vida. Porque la sorpresa de la vida no es querer, sino ser queridos así. Una caridad sin fin. Infinita. Sí. Yo estoy estructuralmente hecho del abrazo de Dios hecho carne a través de los rostros de los que lo aman. Esto es bocatas. Caridad sin fin.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

-----Mensaje original-----
De: Lluis Ventura [mailto:lluis.ventura@gmail.com]
Enviado el: lunes, 09 de octubre de 2006 10:11
Para: chules2@terra.es; nachorgz@terra.es; emiliocitsl@telefonica.net; torriente-gomez@terra.es; jano_moreno@yahoo.es; alberto.rodriguez.alvarez@gmail.com; karkabien@hotmail.com; laura_aguilera2101@hotmail.com; mireia_8bcn@hotmail.com; estherhernando@perezdeayalaymarin.com; alismls@hotmail.com; maica.saez@aportada.com; joanaicart@yahoo.es; rubenlopezcastillo@yahoo.es
Asunto: Fin de semana.

Muy buenos días!

No puedo dejar de estar agradecido por todo lo que hemos podido vivir juntos durante este fin de semana. Es curioso, pero con vosotros uno se siente como en casa, e incluso a veces, mejor que en la suya propia.
Como coño alguien puede estar diez años entregando su vida los viernes para dar unos bocatas (entre otros!!!) a unos putos yonkis si eso no es realmente una ayuda para él? Éramos noventa, éramos realmente un pueblo en movimiento, un espectáculo para el mundo!!! Además, acabar bocatas con una petición, con una oración, no te permite quedarte indiferente, sino realmente dar testimonio de aquello que nos ha sucedido.

El sábado fue simplemente un espectáculo. Tuvimos la suerte de llegar allí pronto y poder ayudar a montar un poquito el tinglado. Otra vez cien y la madre (eso es, 120!), un puto pueblo, y cada vez más amigos a los que tienes ganas de volver a ver pronto, con los que todo parece mas evidente. Fue sencillo, pero de una belleza aplastadora. Increíble!!!

El inicio de curso ha sido otra oportunidad durante este maratoniano fin de semana. Estad atentos, y mendigad porque sino el corazón se llena de polvo!!! "Los sabios son aquellos que se dan cuenta de lo obvio, lo evidente". Que suerte poder mirar el curso que viene teniendo indicaciones como las que dio ayer Prades.

Espero que esto sea la oportunidad de estar más atento a lo que tenemos aquí, a aquellos que tenemos aquí, a nuestros amigos, ...

Gracias a todos, gràcies a tots!!!

Un abrazo,

Lluís Ma.

PS: Nachito, a partir de ahora te has convertido en mi GPS!!!
PSS: Jano, me deje una peli en tu casa. Sabes cual?

NO tengo el mail de muchos de vsotros. Podeis reenviarselo al Trunchón y a Ana (Se lo envias tu, Esther?).
De Barcelona me faltan tambien muchos mails. Enviarselo a Tomas, a Ari, a Vero, a Victor, a Pochi, ...

Anónimo dijo...

-----Mensaje original-----
De: Roberto Ferrario [mailto:roberto.ferrario@kunzletasin.com]
Enviado el: martes, 10 de octubre de 2006 14:05
Asunto: R: Fin de semana.

...llevo 1 hora viendoos en las fotos que ha enviado el Chules y estoy conmovido hasta las tejas!!!

...que pena haber estado currando también el fin de semana y no poder estar con vosotros!!!

un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

Hola Chules, este escrito que has colgado en el blog de bocatas me ha encantado. Desde que lo leí, me acompaña la pregunta del "qué buscas" como un telón de fondo en mi conciencia. Ahora mismo me pregunto "qué busco"
escribiéndote este mail, creo qué de alguna forma busco una respuesta.
Verás, veo que me identifico con el texto, desde principio a fin, hoy mismo, me pesaba la tristeza, esa ausencia de la que hablas, pero sobretodo veo como mi razón mide muchas cosas del tipo "cosas que no sucederán o sucederán" y con mis propias conclusiones la vida se me aparece como una condena, y me quedo sin esperanza. Al leer la parte del final, me ha irrumpido la exigencia, de que Cristo tiene que estar como dijo cada día, queriéndonos con la ternura que tu dices, y hoy tiene que estar aunque yo esté carcomido. Por eso me he puesto a escribirte, en plan "chules me sacará de lo mal que llevo el día", porque como tu dices no soy capaz de vivir la realidad con intensidad. Porqué coño no vivo el presente, y me pierdo en mi olla? Bueno, que gracias por el texto, y un abrazo! Me voy que me esperan.

Anónimo dijo...

Responsabilidad, en concreto, significa esa exigencia de llevar a cabo la realización de mis posibilidades, “depositar” valor en lo que hago. Lo comentaba en otro artículo, yo hago cada día que lo transitorio sea eterno. Como dice Unamuno: “vivir en el tiempo” pero anclado en la eternidad. La vida como responsabilidad significa siempre un deber. Esto es lo realmente valioso, nada es indiferente. Cada uno tenemos a nuestra disposición un “tipo” característico de ser. Nuestra manera de amar, de odiar, nuestra pretendida indiferencia refleja la personalidad íntegra de cada uno. Y, al mismo tiempo somos accesibles a todos los valores. Estamos abiertos a “todo”. Somos capaces de vicios y de virtudes. Ningún idioma es realmente intraducible. Somos la misma humanidad percibida desde alguna parte, Es toda la ciudad contemplada desde cierto ángulo, dice Paul Ricoeur. En cualquiera de nosotros caben todos los errores pero siempre según la forma inimitable de vida que cada uno hemos ido configurando. Hay tantos modos de ser desgraciado comos hombres hay. Y, claro, cada uno tenemos a nuestra disposición un tipo de liberación, de salvación, de plenitud característica nuestro.
Cualquier hecho, cualquier acontecimiento, cualquier actitud de una persona puede ser una propuesta. Lo importante es lo que somos capaces de reconocer. Hay que saber mirar la realidad. Cierto, lo esencial es invisible a los ojos que no saben mirar porque no”se ve con los ojos sino a través de ellos” como (dice Ortega y Gasset). Por ejemplo un sábado de este mes de octubre en el campo, un día delicioso de vivir y disfrutar juntos los de “Bocatas”, en el que experimentas el origen grande que constituye la vida, con esta visión que lo abarca todo.(¿Qué es “Bocatas”, Asociación pasión por el hombre? Puede buscarse, si interesa, en http://perso.wanadoo.es/bocatas/) Y todo esto se siente en la normalidad de cada instante. Narro una situación de lo más sencilla pero significativa. Soy una invitada en esta gran familia, en la que se presiente una gran propuesta llena de vida, de alegría, porque hay “comunión”. Se ha rezado el Angelus, en un clima cálido, en un momento particular en el que sientes el interior lleno de alegría, y en el que todo tiene sentido. Unos avisos que contribuyen al bienestar. Uno de ellos: procuremos no dejar colillas etc. Es tan humano y agradable todo que miro y veo tres colillas. Las cojo con naturalidad, porque como diría Sta. Teresa, hay que “hacer lo poquito que hay en mí”.Yo siento que en una situación de vida así sale lo mejor de uno mismo. Todo encaja y todo tiene su verdadera proporción. Es estupendo vivir con una visión que lo abarca todo. Al acabo de un rato, comiendo y disfrutando enormemente con la conversación de una profesora de derecho de la universidad, por cierto sobre derecho natural, se acerca un chico de veintidós años, y tras un cariñoso y, reconfortante saludo me dice: me has “obligado” a recoger colillas, ni las miraba porque yo tampoco fumo, pero me provocaste. Los que estábamos sentimos un chorro de luz y de frescura. Formidable que reaccionara así ante ¿algo tan insignificante?
“Vida” no significa algo vago, sino algo muy concreto y real como tener unos valores de actitud para recoger unas colillas que no se han fumado. Hay mucha sabiduría en Nietzsche cuando dice: “Quien tiene un por qué para vivir puede soportar casi cualquier cómo”