lunes, 15 de noviembre de 2010

Gesualdo, genio y asesino

Siempre que tratamos el Renacimiento en clase me gusta citar, aunque sea a modo de curiosidad, el caso del protagonista de esta entrada, pues creo que su biografía es de esas que no se olvidan.



Carlo Gesualdo (ca. 1561 – 1613) es una de las figuras más enigmáticas en la historia de la música. De familia aristocrática, ostentaba los títulos de Príncipe de Venosa y Conde de Conza.

El hecho que más fama ha otorgado a Gesualdo se produjo en 1590, una noche de octubre. El músico sorprendió a su esposa María de Ávalos (que también era su prima) con un amante, el Duque de Andria. Al parecer, la hermosa mujer habría buscado consuelo en otros brazos, pues según fuentes de la época, Don Carlo “se había entregado con tal ardor a la música y la caza que Doña María se sentía abandonada”. El caso es que Gesualdo, que ya tenía fundadas dudas sobre la fidelidad de su esposa, trazó un sigiloso plan para pillar in fraganti a la infeliz pareja. Cuando lo llevó a cabo y les descubrió, asesinó brutalmente a los dos.
El Derecho de la época le eximió de toda responsabilidad y el músico se retiró al palacio de su ciudad natal.
Después de la mediación de su tío, el arzobispo de Nápoles, contrajo matrimonio en segundas nupcias con Eleanora D´Este, si bien esta relación debió ser un rotundo fracaso.
Los últimos diez años de su vida Gesualdo se apartó de la vida social. Atormentado por su ensangrentada historia y por la muerte de sus dos hijos, participó en prácticas masoquistas de autocastigo, con sesiones de flagelación incluidas.  Tras una de éstas, el cuerpo de Don Carlo fue hallado sin vida en 1613, desconociéndose las circunstancias exactas de la muerte.

La música de Gesualdo es enigmática y sorprendente para su época. Debido a su cómoda posición social componía para sí mismo, sin la presión de un patrón al que agradar, lo cual explica sus atrevidas innovaciones. Familiarizado con las teorías de Vicentino, quien había estudiado a fondo el cromatismo y su significado en la música de la antigua Grecia, y seguidor de L. Luzzaschi, el Príncipe de Venosa utilizó de forma insólita la disonancia y las posibilidades cromáticas en sus composiciones. Sus obras más destacadas se encuentran en los 6 Libros de Madrigales que nos ha legado. También compuso algunas piezas religiosas.
Anticipándose a las ideas del primer Barroco, entendió que utilizar extraños acordes, sorprendentes modulaciones y disonancias, era una forma perfecta para realzar las emociones contenidas en el texto. La mayor parte de sus obras profanas hablan del dolor, la muerte y, por supuesto, los engaños del amor.


(Aquí tienes el texto y la traducción de este fantástico madrigal)

Gesualdo fue un innovador en toda regla. Un adelantado a su tiempo que marcó el camino a otros autores como L. Marenzio o al célebre Claudio Monteverdi. Mientras algunos han considerado su música como extravagante,  músicos de la talla de Stravinsky o Schönberg admiraron su obra por las innovaciones que proponía.
La vida del Príncipe de Venosa ha inspirado óperas, libros y un documental muy interesante de Werner Herzog que lleva por título Death for five voicesbasado en su música y vida.

Lamentablemente, a mi entender, puede que la historia nunca juzgue a Gesualdo sólo por su música. Quizás sea esta parte de su condena.


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