jueves, 27 de diciembre de 2007

Quinta Directriz: Nueva Geopolítica Nacional

Leer esta directriz sin haber leído antes todo lo que en la Exposición de Motivos y en el articulado del fallido intento de golpe de estado constitucional se estableció en torno al tema de la “Nueva Geometría del Poder” podría llamar a engaño; podría pensarse que no nos están “hablando” de lo que ya rechazamos, pero el caso es que así es. Mientras en aquellos días y en aquellos documentos nos querían empujar a trancas y barrancas el “qué” y el “cómo” de la nueva distribución del territorio y de la población aquí nos desglosan el “por qué”.

El análisis de esta directriz parte de un “retrato” de la actual división territorial y de la distribución poblacional según el criterio interesado de el o los redactores de este “Plan”.

Así, de entrada, nos dicen que “En Venezuela, las actividades económicas han sido históricamente inducidas desde los países hegemónicos del sistema mundial estableciendo un modelo económico altamente dependiente de intereses de poder favorables a la desnacionalización y a la escasa diversificación productiva.”

Y esto ni es verdad ni es mentira, es una burda falacia y una necia excusa, y es que además hay una gran diferencia entre ser una “economía de puertos” enfocada a la exportación, bien sea en la que ellos denominan “etapa agro-exportadora” o en la “Venezuela petrolera” que impusieron este patrón de ocupación territorial “hacia el subsistema central norte-costero” y una economía de puertos enfocada a la desesperada importación de mercancías e insumos básicos y necesarios para la subsistencia de la nación.

Hacer el diagnóstico de todos los males y errores que este tipo de enfoque o modelo de distribución poblacional –que obedeció a causas mucho más concretas, reales y “cotidianas” que a la conspiración cósmica de un “Imperio” hambriento de cacao o de petróleo- para justificar una redistribución territorial y poblacional es, por decir lo menos, un disparate.

Volvemos a “apañar” un puñado de argumentos válidos: Escasa integración territorial, patrón de ocupación centralizado y polarizado, amplios “cinturones” de miseria que rodean las ciudades –con todas sus consecuencias reales y cuantificables- desigualdad en la inversión de recursos del Estado, etc. y nos los presentan como “contrapuestos a los objetivos de inclusión social y productiva” cuando no son más que características sistémicas históricas que solo delatan el escaso interés de los gobiernos, DE TODOS, por revertir o compensar esta realidad.

Una cosa es cierta, uno no puede “doblar” el territorio nacional como si estuviera haciendo una pajarita de Origami, las zonas agrícolas siguen estando donde han estado siempre, los núcleos de producción y distribución de materias primas “estratégicas” también. Lo flujos migratorios internos se han producido siempre desde los puntos menos desarrollados hacia los puntos en los que las posibilidades de “mejora y subsistencia” han parecido más prometedores.

Así buena parte de la población rural se ha desplazado siguiendo los avatares del “mercado laboral” y en especial de la industria petrolera en busca de trabajo bien remunerado y de servicios que en esas zonas rurales “de partida” son deficientes o simplemente inexistentes; desplazamientos que han producido altas concentraciones poblacionales en las que los excedentes de mano de obra han terminado por incorporarse al sector servicios o comercio, o como en el reciente pasado a engrosar las críticas cifras de desocupación y subempleo

Hacer el seguimiento de estas migraciones no es muy difícil, basta seguir el desarrollo de la industria petrolera desde “el reventón” del “Zumaque 1” hasta nuestros días y para conocer sus consecuencias basta asomarse a la ventana o leer grandes trabajos literarios como “Casas muertas” de Otero Silva ... ahí está, es suficiente, no han descubierto el agua tibia.

El punto es que, para revertir ese proceso hay que empezar por frenarlo y la inercia es de más de un siglo, no es fácil. No se puede hacer a lo bestia, modificando la estructura territorial ni forzando desplazamientos poblacionales como pretendían con la “Nueva Geometría del Poder” y como insisten en este documento cuando nos anuncian que “en esta nueva etapa, (...), se establecerán las bases firmes para la transición hacia una nueva organización socio-territorial coherente con el nuevo Socialismo del Siglo XXI

La desconcentración poblacional no obedecerá a cuestiones ideológicas o políticas, tampoco a criminales iniciativas colectivistas como las de Stalin, (pretendidas en esos “nuevos" modelos de “Ciudad socialista: compacta, concentrada, articulada y autosostenible”), o a razones de escasez, subdesarrollo y control policial de la población como en Cuba; la desconcentración comenzará cuando la población económicamente activa -y también la dependiente- encuentre medios de subsistencia y servicios, (vivienda, salud, educación, seguridad, agua, luz, teléfono, etc.), adecuados y estables en el tiempo sin necesidad de salir de sus lugares de origen... sobre todo trabajo.

La propuesta de este plan de fortalecer los servicios básicos, de impulsar la integración territorial sobre la base de ampliar y mejorar las redes de comunicación y transporte, de mejorar las condiciones generales de todo los centros poblacionales sin importar su escala está muy pero muy bien pero no se puede dejar de lado, como se pretende, la urgente necesidad de impulsar el desarrollo económico a todo nivel y en todo el territorio y esto solo se puede lograr liberalizando la economía y estimulando su crecimiento en áreas diferentes a las históricas, (petróleo, comercio, servicios) , como tampoco se puede dejar de lado la muy importante cuestión de descentralizar debidamente el control político y económico hacia el interior de la república, ambas cuestiones fundamentales y sin embargo no contempladas en este plan.

Así el propuesto Desarrollo Territorial Desconcentrado, termina siendo una fachada de cartón piedra pues lo único que se pretende “desconcentrar” es a la población tras una “reordenación del territorio” pero es que el tema del latifundio y de las tierras urbanas ociosas no explican la dinámica poblacional venezolana, la economía rentista es clásica de países subdesarrollados y monoproductores pero no es la clave que permite definir esta realidad de manera exclusiva.

Tampoco es cuestión de presentar a las Empresas de Producción Social, EPS, como solución o como impulsoras de verdadero desarrollo económico pues ya sabemos lo que con ellas se intenta en el plano del control centralizado de la economía y además, el presentarlas como “punta de lanza” en torno a las cuales se desarrollarán nuevos asentamientos urbanos, no es más que repetir el patrón de lo ya conocido en torno a las empresas petroleras pero con el “humanista” enfoque del socialismo como única garantía.

Es sencillamente y en resumen la misma argumentación con que pretendieron “lubricar” la “Nueva Geometría del Poder”. De las “redes regionales”, de la “movilización integral de patrimonios”, de los “ejes geo-estratégicos” conocimos suficiente cuando revisamos la Exposición de Motivos de la propuesta de Constitución que fue derrotada; unos argumentos casi copiados textualmente de las páginas 19 a la 28 de la “Exposición de Motivos del Anteproyecto para la 1era reforma constitucional propuesta por el presidente, 15 de Agosto de 2007”, y que culminan esencialmente en la misma conclusión: “Construir una nueva estructura territorial”... la “Nueva Geometría del Poder

El tema de la necesidad de desconcentrar nuestras ciudades y de impulsar desarrollo -sustentable en el tiempo- en otras zonas del país no es, en absoluto, ocioso; es un tema imperativo que deberá ser abordado con seriedad EN EL FUTURO INMEDIATO como lo ha sido en el pasado pues no son pocos los trabajos serios y bien documentados que, no solo diagnostican con precisión las causas y consecuencias de la dinámica poblacional venezolana, sino que además apuntan a sensatas líneas de desarrollo territorial RESPETANDO SU ESTRUCTURA.

Muchos de los ejes definidos en este documento son tomados de trabajos previos y serios, muchos de ellos obedecen a estudios de factibilidad y a concienzudos análisis estadísticos, demográficos y económicos que no han encontrado realización por la absoluta falta de intención y voluntad política de los gobiernos, DE TODOS LOS GOBIERNOS, pero que ahora han terminado pervertidos –en este “Plan”- por el insensato afán de teñir con ideologías socialistas falsarias todo cuanto este gobierno toca... un exceso de política con intención y mala voluntad...

Las dos directrices restantes tocan temas que, aunque eran abordados con claridad en la “Exposición de Motivos” del proyecto de nueva Constitución que fue rechazado, no aparecían con claridad en el articulado propuesto; el punto en adelante, es la revisión del uso político que, para la construcción de la pretendida hegemonía socialista continental, se le pretende dar a nuestros recursos energéticos y, después, a la disociada “política exterior”, fundamentada en esos mismos recursos, en la que nos tiene embarcados este régimen desde hace años.

Así pues veremos como este “Plan” propone convertirnos en una “Potencia Energética Mundial” y de que manera esto determinará la “Nueva Geopolítica Internacional”.

Saludos.




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