17 may 2010

De ruta por Eslovenia, el país del Karst

Eslovenia no estaba en el plan previsto desde un inicio, pero el paso obligado por su territorio, nos hizo reconsiderar el visitar algunos lugares de su orografía, a la ida y vuelta de Croacia. Fue un acierto total. El paisaje de este pequeño país es impresionante. Montañas, bosques, lagos, castillos. 



De cuento de hadas.
La primera visita fue a las Grutas de Škocjan. A pocos kilómetros de la frontera con Italia, cerca de Trieste. La entrada no es barata, creo recordar que unos 15 euros, pero merece la pena entrar en este submundo. En todo momento vas con un guía, ya que toda la cueva es patrimonio de la humanidad y esta bajo la protección de la UNESCO. La primera parte vas descendiendo poco a poco por la cueva, después de bajar en un ascensor unas pocas decenas de metros. Es un paseo fácil y te van explicando con detalles diferentes formaciones de la cueva. Es en la segunda parte de la cueva cuando la vista se pierde y tienes la sensación de estar en un submundo. La bóveda de la cueva es enorme, una de las mas grandes del mundo. Tiene una altura de 146 metros. El rió Reka (Reka significa rió en esloveno) ha ido modelando estas cuevas con el transcurso de los años. La cámara sirve de protección ante las fuertes lluvias, ya que actúa de embalse natural. Aún así, se han producido inundaciones en la zona. 
El recorrido dura aproximadamente 2 horas. En el exterior hay un restaurante donde se puede comer algo, aunque no lo recuerdo por sus buenos precios y calidad.






La siguiente zona de Eslovenia que visitamos, ya en volviendo de Croacia, fueron las cuevas de Postojna. Sí, Eslovenia está llena de cuevas. Estas son mucho más famosas que sus vecinas de Škocjan, aunque yo me sigo quedando con las primeras por su belleza natural casi inalterada. Por contra, Postojna es una atracción turística de primer orden. Fueron descubiertas a principios del siglo XIX, y desde entonces se han convertido en una fuente de ingresos. Mucho mejor para ir con niños y divertirse un rato. Por algo estas no son patrimonio de la humanidad, aunque si mucho mas rentables. La cueva es prácticamente horizontal en todo su recorrido. La primera parte se hace en un trenecito que te lleva veloz hasta el comienzo de la ruta a pie. Muy divertido, pero apenas te da tiempo a contemplar nada. El resto de la ruta es a pie, con explicaciones en numerosos idiomas por parte de los guias por todo el recorrido. La gente no se comporta de la misma forma que en la otra cueva, donde el silencio imperaba y se respetaba al máximo el entorno. Aquí es distinto, todo forma parte del show
De todas formas, merece la pena visitarlas. Solo el recorrido en tren dentro de una cueva ya es algo que gusta. Tienen una sala al final donde celebran conciertos y eventos, y donde tienen un esqueleto de un dinosaurio. El protagonista de las cuevas es un pequeño animalito, llamado el pez humano. En realidad es un anfibio(de la familia de las salamandras), que por la falta de pigmentación debido a la escasez de luz, tiene un color blanquecino que se asemeja a la piel humana. En la antigüedad pensaban, debido al tipo de branquias que tiene, que era la cría del dragón.





Muy cerca de las cuevas, a pocos kilómetros esta el castillo Predjamski Grad, que es de visita obligada por la ubicación en la que se encuentra. Se pueden hacer visitas, aunque cuando fuimos estaba cerrado. En los alrededores tienen unas pistas para hacer torneos medievales. 


Y para terminar con nuestra pequeña ruta por Eslovenia pasamos una tarde-noche y mañana en Ljubljana, su capital. La ciudad es muy coqueta y bonita. El ambiente por la noche junto al río es increíble. Lleno de pubs, bares, etc. Nos sorprendió a todos gratamente la actividad que tiene la ciudad. No pudimos hacer gran cosa por el poco tiempo. Además tuvimos ciertos problemas con el hostel, que aunque es muy moderno, tenia problemas de personal y su atención no fue del todo correcta y perdimos mucho tiempo. 





Fuimos a cenar a un restaurante recomendado por una guía de viajes en una de las calles del casco antiguo. El ambiente genial y la comida muy buena. Están especializados en carne de caballo, por otro lado, típico de la zona. Yo no me atreví a probarlo, aunque sí otros platos exquisitos. La impresión general que me llevé de Ljubljana es de una ciudad joven, llena de vitalidad y que se ha modernizado bastante desde el año 2001, cuando fui por primera vez.
Para completar el recorrido, aquí:


3 comentarios:

Ani dijo...

Dios mío, qué blog tienes más completito querido Lugh, pero sobre todo tus fotos de viajes me encantan. Espero deseosa el que supongo harás proximamente. Un beso muy fuerte y que tengas un bonito verano

Ariana del Pozo dijo...

Hola!!

Mi nombre es Ariana, soy administradora de un par de webs, visité tu portal y está interesante, tienes temas muy buenos y el diseño me gusta. Me encantaría poner un link o baner de tu web en mis sitios y así mis visitas puedan visitarlo también. si estás de acuerdo no dudes en escribirme

Éxitos con tu Web.

Ariana del Pozo
cinedeariana@gmail.com

Norma dijo...

Lugh, no había visto las últimas fotos... menuda pasada.
Besinos