La búsqueda de un instante de placer gastronómico


Escribe Juan Echanove en el número 18 de Apicius:

No soy un apasionado del “comer”…Soy un apasionado del amor…del amor por la gastronomía…por la delicadeza…por el sentido de humor y por el Arte en definitiva. Algo que con una cierta frecuencia encuentro en esos pueblos de España cuando rompo el tedio de la soledad en una habitación de un hotel de provincias y me lanzo a las calles a la búsqueda de un instante de placer”.

La última frase coincide con mi visión de por qué visitamos restaurantes, por qué leemos sobre gastronomía. Simple y sencillo buscamos esos momentos de placer gastronómico.

Con este hilo reflexivo, surge la razón de por qué se escribe. Claro y cristalino por compartir, por intentar hacer partícipe a los demás de lo que se ha disfrutado, porque los demás también puedan llegar a vivir ese placer que uno experimenta.

Los platos que se quedan en la memoria te hacen recordar ingredientes, colores, sabores. Te recuerdan quién era la compañía en aquel momento, con quién estabas, qué bebiste, qué época del año era. Esos platos son como las finales ó los grandes partidos, uno recuerda con sencillez dónde y con quién estaba.

Ahora a mi mente están llegando platos, composiciones, momentos placenteros vividos, y recuerdo Mugaritz y sus rabos de cochinillo con cigalas; Casa Gerardo y su jugo de fabada con ahumados, y todos sus salmonetes; el Club Allard y sus huevos con pan y panceta; el Celler de Can Roca y su Viaje a la Habana; Martin Berasategui y su ensalada tibia de tuétanos de verdura con marisco.

Recuerdo, y siento, siento y vuelvo a recordar.

Y mañana será otro día, y saldré a la búsqueda del placer visitando por segunda vez el Celler de Can Roca.

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2 Comments

  1. Benson.
    15 julio, 2012
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    Cierto!!

    estoy haciendo croquetas de «buenos deseos» para mis hijos que llegan de viaje y que al parecer traen hambre.
    Desde que eran pequeños, cada vez que, al comer algo, decían ¡ qué bueno está ! les decíamos que pensasen en alguien para compartir ese pequeño placer. Así nacieron estas croquetillas. Todavía hoy, cuando las hago, siempre obtengo alguna sonrisa. Espero que siempre lo recuerden.

    • 15 julio, 2012
      Responder

      Gracias Benson por el comentario. Sin dudarlo se acordarán, yo recuerdo mucho los platos de mi madre, porque tiene dos inigualables; las croquetas de cocido y los caracoles. No se olvidarán nunca.

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