domingo, 25 de abril de 2010

LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA



Siguiendo con el discurso literario español, ahora nos toca abordar a petición de Araceli y como complemento de información de Alexis y Andrew, alumnos míos, el proceso de formación de la literatura medieval española.
La edad media para España, comprende un largo periodo de tiempo que se inicia en el año 476 d. C. con la caída del Imperio Romano de Occidente y termina con la caída del Imperio Bizantino cuya capital era Constantinopla, actual ciudad de Estambul, en poder de los turcos en 1453, la distribución social ubicaba al rey y los señores feudales como personajes con grandes castillos y dueños de las tierras aledañas, en la vertiente superior de la pirámide, y en la vertiente inferior se encontraban los siervos, a los que daban protección de invasiones foráneas y que vivían en las tierras de los reyes y señores feudales y a cambio de la establecida protección, los siervos trabajaban dichas tierras y pagaban un tributo porcentual de las cosechas y ganados.
Sin duda, en aquellas épocas casi todas las personas, incluyendo los reyes y señores feudales, eran analfabetas, los únicos que sabían leer y escribir eran los monjes que vivían en los monasterios, y ellos producían los libros a mano, es decir, los copiaban y les daban colores con hermosas ilustraciones, pues aun no se había inventado a imprenta, (se inventará recién en 1455 con Johann Gutemberg)
También recordemos que, como lo habíamos visto en el artículo anterior, que la Península Ibérica estaba ocupada por los musulmanes desde el año 711 y que estaba dividida en reinos cristianos y reinos árabes, esta ocupación duró ocho siglos.
Es bueno agregar que a finales de la edad media, surge una nueva forma de ver y un nuevo modo de pensar en la sociedad, ésta se llamó el Humanismo, que consistía en valorar al ser humano y ser el centro del conocimiento, en épocas del humanismo, se desarrolla una curiosidad por conocer lo que la religión daba por explicado o que permanecía sin ser investigado, pues recordemos también que la época feudal se conoció también con el nombre de oscurantismo, porque el poder dominante tenía la iglesia, que prohibía todo cuestionamiento a lo ya establecido; con el humanismo se rompe con esta doctrina y es cuando se desarrollan los grandes inventos.
Pero regresemos a lo nuestro, en la literatura medieval, surgen las primeras manifestaciones literarias como las Jarchas, de ahí se irán sistematizando hasta surgir dos tipos de poesía, la poesía épica y la poesía culta.
Puesto que la Península Ibérica era una región inestable y de constantes batallas tanto entre cristianos y musulmanes, como de los diferentes reinos cristianos, después de la lírica primitiva, surge un tipo de literatura orientada a ensalzar las hazañas de los héroes del momento, la corriente que produce este tipo de manifestación se va a denominar la poesía épica, para ser más exactos, el mester de juglaría, el significado del término mester proviene del latín ministerium que significa oficio o profesión, entonces mester de juglaría significa “oficio de los juglares”, pero detengámonos un momento en este tema.
El ocio de aquellos tiempos tanto para el señor feudal como para los siervos eran las justas, una especie de competencia de caballeros, y la guerra; en esas grandes competencias surgen unos personajes que recorrían cada feudo inventando canciones que las cantaban por afición, ellos fueron los trovadores, que recorrían los palacios para entretener a los reyes y señores feudales, estos trovadores aportaban historias de héroes con características casi perfectas, por otro lado en los pueblos y las villas, aparecen otro tipo de personajes que cantaban las historias de los trovadores, se hicieron llamar los juglares y al narrar las historias épicas, se acompañaban con instrumentos musicales y también realizaban actos acrobáticos, el pago a estos juglares era simplemente vino y comida; estos relatos épicos que difundían los juglares eran llamados cantares de gesta, que generalmente eran anónimos y estaban formados por versos irregulares utilizando un lenguaje llano de fórmulas típicas de la expresión oral y el tema de estos cantares de gesta eran, como ya lo habíamos dicho, las hazañas de un héroe concreto o un asunto de carácter heroico; de los cantares de gesta de la España medieval, solo nos ha llegado casi íntegro, (falta una hoja de aproximadamente cincuenta versos) el cantar del Mio Cid.
Por otra parte, junto al mester de juglaría, surge otra corriente literaria con diferentes características y se le llamó la poesía culta o el mester de clerecía, y el nombre se debe al oficio de escribir de los clérigos, también recordemos que los clérigos eran casi los únicos que sabía escribir y hablar en latín y su oficio era el de difundir los conocimientos adquiridos a través de textos latinos, aunque existen asuntos diversos del mester de clerecía, se puede afirmar que carecían de asuntos heroicos, pues trataban generalmente asuntos religiosos; tenían una finalidad didáctica procurando que el pueblo aprendiera mediante estos escritos y que les sirva como ejemplo; utilizaban una lenguaje claro y sencillo para la fácil comprensión del escaso púbico lector, no obstante hubieron obras en las cuales introdujeron palabras nuevas y cultismos, intentando una intensión artística, detalle que no tuvieron los trovadores; también utilizaron un tipo de versificación que es la cuaderna vía que consisten en estrofas formadas por cuatro versos alejandrinos, es decir, de catorce sílabas que riman entre sí.
Los aportes del mester de clerecía fueron entre otros las obras de Gonzalo de Berceo, el “libro de Apolonio” y el “libro de Alexandre” de autores anónimos y el “libro del buen amor” de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita.
Para finalizar en la época medieval surge un nuevo tipo de prosa llamada la prosa romance, y el impulsor de esta nueva forma de escribir fue Alfonso X, el Sabio, rey que entendió la importancia de la difusión de la cultura, esa sí que fomentó la escuela de traductores de Toledo, creada por su padre, donde reunió a destacados sabios musulmanes, cristianos y judíos; fruto de este proceso de culturización nos llegó entre otros, la obra cumbre de la prosa romance, el “Conde Lucanor” de Don Juan Manuel, obra que, en el siglo XIV, dio el carácter literario carente en las letras hasta ese momento.
Continuaremos analizando a cada autor en el siguiente artículo.

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