Reseña biográfica

Renée Annie Cassian, poeta, compositora, pintora, y traductora rumana nació en Galati en 1924.
Muy joven abandonó los estudios universitarios para dedicarse por completo al ejercicio literario. Afiliada desde los quince años al partido comunista, escapó a los campos de concentración encerrándose en su hogar. Al terminar la guerra, bajo el dominio de Rusia en su país, sus escritos fueron cuestionados por las autoridades, considerando a la escritora como enemiga del pueblo. En 1985, viuda ya del profesor  Alexandru Stefanescu,  aceptó una invitación de la Universidad de Nueva York  como profesora asistente. Recibió asilo político de EE.UU. en 1986, país donde reside desde entonces.
Tradujo al rumano a Shakespeare, Brecht, Morgenstern, Iannis Ritsos, y Celan, entre otros.
De su prolífica obra sobresalen las obras "Countdown" publicada en 1983 y "Life Sentence" en 1990.                ©



 

Poemas de Nina Cassian:



Alegría

Galope en el cielo

Lucidez

Sírvase cederle el asiento a los ancianos o a los minusválidos

Un hombre

Volaban

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Alegría

Gozo mezclando mis cabellos con vosotras, hojas del otoño,
corriendo por el bosque loco, resbalando, riendo y arañando
mis mejillas en vuestras formas rugosas.
Me alegra poder lanzar
en el Otoño rojo mi grito solo y profundo
bajo las bóvedas de oro seco, en el susurro del viento.
Me gusta huir, caer y reír sobre la tierra adornada
por los mil labios de tu sonrisa amarilla,
                                                                                      Otoño!
                                                                                         1957

Versión de Pablo Neruda

 


 

 

Galope en el cielo

Cuando el ayer se transforma en el antes de ayer
y el antes de ayer se convierte en hace mucho tiempo
y el hace mucho tiempo se convierte en nunca más
¿qué puedes esperar?

Galopando en la cabalgadura del atardecer
van llegando,
los Cuatro Jinetes.

Versión de Jorge Torés

 

 

Lucidez

Esas palabras: "Siempre juntos..."  "Siempre...",
no las repitas, no mientas.
Oh, amado,
pronto no existiremos!

Aun si la muerte nos dejara
vagando bajo el sol,
con el pan en la mesa
y el dulce vino en las copas,

se irá el amor... Pero no lo sabremos.
Sin advertirnos, pasará...
Sobre nuestra envoltura abrasada
cae una luz indigente.

Nos miraremos. Eres el mismo, aquél
que yo abracé hasta lo más profundo...
Todas las cosas son iguales.
Ahora no te abrazo.

Se va el amor como el agua que corre...
Nosotros nos quedamos a la orilla.
No tenemos sonrisas como rocas sin olas.
Tal vez ya no existimos.
                                                                           1957

Versión de Pablo Neruda

 

 

Sírvase cederle el asiento a los ancianos o a los minusválidos

Hice todo el viaje de pie:
nadie me cedió el asiento
pese a que yo tenía unos cien años más que otros pasajeros
pese a que en mí eran obvios
los signos de tres grandes males:
el Orgullo, el Arte, la Soledad.

Versión de Mariela Dreyfus

 

 

Un hombre

Cuando al luchar por la patria
se pierde un brazo, surge el miedo:
En adelante,
haré todo a medias.
Recogeré,  la mitad
de la cosecha de los campos.
Y al practicar en el piano
sólo tocaré la melodía
o el acompañamiento,
pues no estoy capacitado para toda la partitura.
Sólo golpearé
con un puño
en las rígidas puertas,
y mi amor se dejará abrazar
sólo a medias.
Hay cosas que nunca haré,
por ejemplo,
aplaudir en las grandes fiestas.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Desde ese instante, todo lo hará
dos veces.
Y en lugar del brazo descuajado
le crecerá un ala.

Versión de Jorge Torés

 

 

Volaban

                      Desde aquel instante, comienza a hacer todo
                                                                                    dos veces más.
                                                 Y en lugar del brazo arrancado
                                                                                le crece un ala...


Volaban...

Él tenía un ala en la izquierda,
ella tenía un ala en la derecha,
como un solo cuerpo entre dos alas,
volaban...
Volaban...
Respirando entre dos alas,
ella -el pulmón de la derecha,
él -el pulmón de la izquierda,
a través de un cielo saturado de oro,
como una larga lanzadera de oro,
como una llave de oro,
volaban...
entre oro...
volaban...
entre oro...
volaban...

Versión de Manuel Serrano
 

 

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