La antigua capital romana de la Hispania Citerior y las comarcas que la rodean permiten al turista pasar en cuestión de unos pocos kilómetros de las estupendas playas de la Costa Dorada a unas bellas montañas bañadas por el sol. Tarragona es una provincia donde conviven desarrollo industrial, turismo y tradiciones culturales milenarias.
Lo primero que nos gustaría mencionar en Playa Larga, situada todavía a la vista de la capital pero libre de edificaciones y de la mano del hombre. Tan solo se necesita caminar un poco alejándose de la zona de aparcamiento para poder disfrutar del sol y de cierta soledad hasta en plena temporada alta. La cercanía de esta playa permite combinar el mar con el disfrute del pasado imperial que en la ciudad de Tarragona aparece integrado con naturalidad, con su formidable catedral gótica situada en la zona alta; el elegante paseo localizado en la zona media y lleno de tiendas y bares de La Rambla que termina en el Balcón del Mediterráneo; y el foro, el circo y el anfiteatro romanos situados ya a nivel de playa.