viernes, 14 de junio de 2013


Colonizando paladares chinos

En las industrias de alimentación hay algo esperanzador en la crisis, que partiendo de una tradición exportadora y teniendo como producto la alimentación, el consumo siempre irá en crecimiento. Esto se traduce en que tenemos que alimentarnos y el aceite, de momento, es un tesoro que solo poseen ciertos países. 

Un ejemplo de esto en nuestra empresa son las exportaciones que llevamos a cabo en China, como sabemos una población de 1.400.000, de las cuales alrededor de un millón se consideran millonarios, cuya fortuna supera los 10 millones de yuanes (1.5 millones de dólares). Es decir que aproximadamente un 10% de la población tienen un alto interés en los productos de importación, sobre todo para evitar las contaminaciones alimentarias internas. 

En relación con los mercados, España ostenta la 3ª posición de los países europeos exportador de productos agroalimentarios, especialmente cárnicos (cerdo), aceite de oliva, vinos, pescado y marisco, bebidas alcohólicas, panadería y bollería, bebidas sin alcohol y lácteos.

En concreto en Shanghai existe una veintena de restaurantes de comida española o de tapas, muy aceptados por la mayoría de la población.

Con esto quiero dejar constancia de la importancia de preservar nuestra riqueza con celo y no contar los secretos de nuestras plantaciones de olivos y saber hacer, ya que según noticias que últimamente estoy leyendo China se está lanzando a producir su propio aceite, y en la actualidad ya hay plantadas 136.000 hectáreas cubiertas por aproximadamente 39 millones de olivos, lo que supera en producción a toda la provincia de Córdoba. Existe un riesgo de continuar con este crecimiento en la próxima década puedan producir más aceite que España. Así se acabará su dependencia hacia nosotros y tendrán pleno abastecimiento. 

Me puedo imaginar a los chinos vareando con esta globalización... 

jueves, 7 de julio de 2011

Olivar que tiñe la piel de toro

Si viésemos la penísula desde el aire se distinguirían árboles plantados en hileras con tierra de por medio. Se trata de una de las especies que más abundan en España: el olivo. Para ser exactos son 220 millones de este ejemplar los que se diseminan por la piel de toro.

Esa imagnen olivarera desde el aire no es solo seña de identidad de España e Italia, si no que hay otras variedades como la sarat en Siria, la Biancolilla de Sicilia, y la koroneiki en Creta; esta última una de las más valoradas, aunque todo depende del gusto de cada paladar. Eso sí, si hacemos un zoom en google earth y nos situamos en España, apreciaremos que un tercio de las plantaciones son de la variedad picual localizado en el gran olivar jienense.

A parte de ésta, en España existen 271 variedades, las que más suenan son la cornicabra: del centro peninsular, la arbequina, originaria de Lleida aunque su cultivo se encuentra en todas partes y hojiblanca, variedad del sur de España y que debe su nombre al envés de las hojas.
Extremadura también aporta su color con la verdial, así bautizada porque nunca llega a oscurecerse en su maduración; por último una de las más codiciadas: la cornezuelo.

Mezclando con sumo cuidado algunas variedades se crean aceites como  nuestro coupage de aceite de oliva extra virgen Abril con una selección de dos variedades hojiblanca de Córdoba y cacereña de Extremadura.
Cualquier variedad será adecuada para comer en crudo con un poco de pan, como decíamos todo depende de la característica de cada paladar.

miércoles, 29 de junio de 2011

La aceituna que arrancaron los Reyes Católicos

Hoy comienza un camino virtual para dar a conocer el mundo del aceite y el olivar. En cada gota derramada de información descubriremos el origen del aceite, su elaboración y como aderezar originales recetas con este oro líquido.

Detrás del ordenador está una empresa de aceites alimentarios afincada en Galicia, Aceites Abril, y ante el estupor que este origen geográfico pueda generar contaré, para estrenarnos, la historia ancestral del olivar gallego.

Remontándonos a la Edad Media hubo en Galicia  un gran olivar que mandaron arrancar los Reyes Católicos como castigo tras la revuelta de los Irmandiños. Cuentan que incluso prohibieron el consumo de aceite salvo para algunas cosas, como las lámparas. Se nos ocurrió que quizá se podía recuperar el aceite gallego e hicimos una plantación piloto hace cuatro años. Todavía no producen, pero producirán pronto.

Creemos que es una variedad diferente a las otras 272 que ahora hay registradas en España, pro ello hay un nuevo estímulo para difundir el cultivo del olivo en Galicia.