FINE PRIMO TEMPO








En la pantalla de un ordenador aparece escrita la siguiente frase: Fine primo tempo… Frente al ordenador, yo. Apenas escribo un par de líneas y rápidamente las borro de nuevo. Tengo la sensación de haber vivido esto antes…
Caminaba sola, apresurada y con las manos en los bolsillos, de vuelta a casa, pensando en todo y nada a la vez. Era tarde y las calles estaban prácticamente desiertas, solo oía mis pasos y algún que otro coche lejano.
Si no recuerdo mal, era noviembre. Esa noche llegué a casa con la intención de escribir algo; fue tan solo una frase, pero la guardé entre los documentos de mi ordenador. El nombre del file era: FINE PRIMO TEMPO.
Ahora, FINE PRIMO TEMPO es un cortometraje, todavía guión, que está empezando a tomar forma.
MÁS VALE TARDE QUE NUNCA

Por fin hemos empezado el rodaje del corto.
Hace unos meses cuando el proyecto parecía estar terminado, todavía quedaba lo peor: buscar equipo técnico, artístico, attrezzo, localizaciones y permisos.
Hasta el momento solo me puedo quejar de los permisos porque son como esos mails en cadena que te asustan en la posdata diciéndote cuanta será tu mala suerte si no lo reenvías pronto y te quitas el muerto de encima. Al menos, eso es lo que ha pasado con mis solicitudes. Del profesor al jefe de departamento, del jefe de departamento al rector y del rector a la papelera de reciclaje porque ha creído que era un spam!
Sin permiso y a lo loco hemos empezado con el rodaje. Para las localizaciones internas solo hace falta ponerse de acuerdo con el propietario del lugar.
“Ponerse de acuerdo” es otra frase tabú. Porque la palabra “acuerdo” para cada uno tiene un significado. Por ejemplo: nos pusimos de acuerdo con los gerentes de un museo de trenes para ir a grabar en un vagón, pero olvidamos ponernos de acuerdo para que nos avisaran si surgía algún inconveniente, como una inesperada avería eléctrica.
Dejando aparte las lamentaciones, tengo que decir que no nos ha ido nada mal.

Miércoles 27 de mayo
Paré el despertador justo antes de que empezara a sonar. Llevaba un rato despierta repasando mentalmente todo el attrezzo que no debía olvidar. Además había otro asunto que me preocupaba bastante más: Piero.
Piero es un tipo bastante particular, no estaba segura si era el MAURO que yo quería, sobre todo, después de haberse oxigenado el pelo justo una semana antes del rodaje, según él, con un consentimiento que no recuerdo haberle dado.
Solo había dos soluciones: cortar o teñir. Opté por el tinte y no sé si fue la mejor idea. Al día siguiente, el primer día del rodaje, mi preocupación se hizo patente: Tinte negro + pelo amarillo = verde (Menos mal que nuestro director de fotografía hace milagros).
Poco antes de las 10, llegué a vía Garibaldi nº 9, allí, en casa de Enrico reconstruiríamos nuestro primer set. Mathieu, Vittorio y Marco aparecieron minutos después. Una luz aquí y un filtro allá y convirtieron el salón justo en el que yo quería.
La secuencia era solo con Piero, él debía llegar sobre las 11 y llegó, pero lo que nadie se esperaba es que llegara del modo en que lo hizo: con el tinte en el pelo.
Pese a este y otros inconvenientes clásicos que pueden surgir en la primera toma de contacto, el resultado fue bueno.
Por la tarde invadimos el Nat, en esta secuencia además de Piero estaba también Felipe (en su papel de CAMARERA). El personal de la cafetería nos dejo campar a nuestras anchas en el bar y trasformar su sala en nuestro set.
Tuvo que ser un rodaje rápido porque Felipe tenía poco tiempo antes de ir al trabajo, porque una cosa es cierta: NUNCA SE EMPIEZA A LA HORA PREVISTA. Aún así, Piero tuvo tiempo de improvisar tomas falsas que es algo que le divierte y hace a menudo. Fue divertido.


Jueves 28 de mayo
No sé si titular este día NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA o DEMASIADO BONITO PARA SER VERDAD; porque cuando en el rodaje todo parecía ir “rodado” surgió el primer inconveniente.
Este día teníamos que estar a las 8:00 de la mañana en Bussoleno (Un pueblo a 67 km de Torino); allí está el museo de trenes dónde rodaremos una secuencia en un vagón.
Los chicos y yo llegamos, pese al tráfico, solo con media hora de retraso pero esto no tuvo importancia, ya que al llegar allí nos estaban esperando para darnos la gran noticia: LA ELECTRICIDAD ESTABA AVERIADA DESDE HACE 3 DÍAS Y NUESTRO VAGÓN NO ESTABA EN EL SITIO PREVISTO… Sin comentarios.
Un desayuno anti estrés, un repaso rápido al plan de rodaje y encontramos la solución… hacer otra secuencia.
En esta escena la protagonista fue Cecilia (en su papel de VALERIA), con ella, las tomas salen bien casi a la primera… me sorprende lo mucho que la identifico con el personaje, desde el primer día que la vi.


Viernes 29 de mayo
No hay día sin anécdota, y la del viernes nos sorprendió a todos. Teníamos que rodar en una oficina, y la que encontré era prácticamente nueva, sin lámparas, sin cuadros, sin nada. Tenía 10 minutos para ambientar una habitación recién pintada. Mientras los técnicos montaban la iluminación yo me di una vuelta y volví con attrezzo… lo saqué todo de una tienda y una floristería de la zona, pero lo más curioso es que lo hice sin pagar, sin dejar un documento, simplemente contado mi problema. Todavía hay gente que confía.
Esta fue y será la secuencia con más personajes al mismo tiempo: Piero, Cecilia, Luca (en su papel de MARCO VALLI), Gabriele (en su papel de CANDIDATO 1 EN UNA ENTREVISTA DE TRABAJO) y Christian (en su papel de CANDIDATO 2 EN UNA ENTREVISTA DE TRABAJO). Tengo que admitir que Luca bordó la idea que yo tenía de MARCO VALLI.
Después de comer rodamos en el Samoa. Un restaurante en el que trabajo desde febrero y ahora empiezo a pensar que fue el destino y no la casualidad el que me llevó allí.
El Samoa es nuestro camerino, comedor, e incluso, set en una de las secuencias. Todo esto lo pagaré en especie durante los próximos 3 o 4 fines de semana.
La secuencia resultó improvisada, pero divertida. Como de costumbre no empezamos a la hora prevista, Piero no se caracteriza por su puntualidad.
En esta parte se unieron al corto Irene y Antonio. Ambos lo hicieron genial, sobre todo teniendo en cuenta que a Antonio se le explicó su papel en el mismo momento.


Durante el fin de semana, dejamos aparcado el corto y empecé a pagar en especie las comidas de producción.

Lunes 1 de junio
De vuelta al rodaje… esta vez las secuencias eran nocturnas…, al menos no teníamos que madrugar. Pero un pequeño detalle… las luces de la ciudad, llegada una hora las APAGAN!!

Empezamos con una secuencia en el puente Vittorio Emanuele, Piero improvisa, Cecilia respeta el guión y un indiano, que no sabe que estamos filmando unos metros más allá, se acerca a la pareja para venderles una rosa. Todo iba sobre ruedas hasta que a las 23:30 apagan las luces del puente. Tenemos que volver al día siguiente a terminar la secuencia.
Esa misma noche hacemos la escena del mimo, Enzo (en su papel de MIMO) empieza el corto.
Se hizo tarde y tuvimos que dejar las demás escenas previstas para el día siguiente.


Martes 2 de junio
Quedamos una hora antes en el puente para evitar que esta vez nos apagaran las luces antes de tiempo, terminamos de rodar la secuencia del día anterior, pero solo acabábamos de empezar…
Desde noviembre una de mis mayores preocupaciones ha sido la de encontrar un coche blanco que poder hacer pasar por un taxi. Los coches blancos no deben estar de moda porque no encontré ninguno, y como las cosas si no se resuelven en el último momento parece que pierdan interés, por fin la misma tarde del rodaje resolví la cuestión y opté por la solución que hubiera sido más sencilla desde un principio: llamar a un taxi de verdad. Roberto, el taxista, estuvo con nosotros una hora y media prestándose a las repeticiones que fueron necesarias, creo que fue una de sus noches de trabajo más divertidas.
Después de esta secuencia del taxi quedaba aún la parte más importante de la historia: la mole. Para no ser demasiado afortunados, esta vez también nos apagaron las luces durante la grabación, pero la terminamos igualmente. Los resultados habrá que verlos…

Lunes 8 de junio
Este día merece el título: DEMASIADO BONITO PARA SER VERDAD.
Desde la semana anterior teníamos claro que este día había rodaje, lo que no sabíamos era cómo, cuándo, ni dónde. Pero yo estaba tranquila, porque seguro que la solución aparecía en el último momento, como de costumbre, y así fue.
Grabamos la secuencia más sencilla y a su vez la que más dolores de cabeza nos estaba dando: la del ascensor. La moraleja de esta historia es que pedir permiso es solo dar una posibilidad más a que te lo nieguen.
Los dueños del restaurante donde trabajo nos dejaron rodar en el ascensor de su casa, si algún vecino preguntaba, estábamos grabando un video de boda. Al final nadie preguntó y casi fue mejor, porque se hubieran dado cuenta de que faltaban los novios.
Sorprendentemente este día terminamos pronto y sin percances… hasta que llegué a casa…
Se me ocurrió formatear el ordenador, como soy precavida, guardé todos los documentos en un disco duro externo. Formatee. Instalé de nuevo los programas. Todo iba sobre ruedas hasta que el disco duro, cansado de la vida, decidió suicidarse saltando de la mesa al suelo… yo acudí a su rescate, vi como, a cámara lenta, el disco caía sin nada que impidiese su fatídico destino, al mismo tiempo, vi pasar ante mis ojos todos los documentos que había guardado dentro, trabajos, videos, fotos… el corto NOOOOOOOOOOOOOO!!!
Han pasado casi dos semanas y todavía se me ponen los pelos de punta…


Viernes 12 de junio
Tratando de superar la tragedia, me centré en el próximo día de rodaje.
El viernes fuimos por fin al museo de trenes en Bussoleno. Esta vez había corriente eléctrica, el vagón estaba en el sitio previsto…
¿Todo perfecto? No.
Tuvimos un golpecito con el coche, media hora rellenando documentos, nadie tiene la culpa, nadie se hizo daño… Eso es lo importante.
El rodaje no estuvo mal, teniendo en cuenta el retraso, las subidas de tensión de vez en cuando, las prisas...Lo más increíble es que fue el último día de rodaje. Habíamos terminado. No veo la hora de tenerlo montado.
Por cierto, mi deuda ya esta saldada.



A la frase “No veo la hora de tenerlo montado” que escribí en la última entrada le faltaba un pequeño matiz. La expresión correcta hubiera sido: “No veo la hora de tenerlo montado Y DOBLADO”.
Tal vez fue ese el motivo por el que un año después de llegar a Torino con el guión bajo el brazo, FINE PRIMO TEMPO está montado, pero el audio está más presente en las películas de Chaplin.
Bueno, sin exagerar… Doblar no es tarea fácil. Cada ruido es importante… y ahora estamos en ello. La última publicación fue antes del verano y desde entonces han pasado cosas… hemos doblado, hemos montado y sobre todo hemos visionado y revisado una y otra vez cada minuto. La mayor anécdota de esta etapa fue la “sala de edición” donde tuvo lugar gran parte del montaje. Un sitio un tanto peculiar… y no demasiado cómodo: el aeropuerto de Bérgamo (y no precisamente en la sala VIP). Era más de media noche y las cafeterías estaban cerradas. Tenía más de 6 horas de espera hasta el momento del embarque y mi mayor preocupación era cómo entretenerme y pasar las horas lo más rápido posible. A esta “sala secreta” me acompaño uno de los vigilantes de seguridad cuando le pregunte por un lugar para enchufar mi ordenador. Se entraba por la puerta del baño, pero era un lugar más acogedor y menos transitado: El cambiador de bebés. Había dos enchufes, un lavabo, una camilla y por suerte la papelera estaba vacía… El vigilante vino a visitarme dos o tres veces durante la noche para asegurarse de que todo iba bien. Fue la primera persona en ver el “pre-montaje”… Vino a despedirse cuando terminó su turno, me deseó suerte y se fue. No sé su nombre, pero debería estar incluido en los créditos. Desde ese “pre-montaje” el corto ha cambiado infinitas veces, pasando de los 25 minutos de duración iniciales a los 16 minutos actuales. Ahora FINE PRIMO TEMPO esta a la espera de ser doblado…